¿Sabes qué ha aumentado de forma muy agresiva en los últimos años además del combustible? ¡Fueron los neumáticos!
Precisamente por eso, aunque sigue siendo muy normal comprar nuevo, debido a que el consumidor no se siente muy cómodo inventando esta parte tan esencial para la seguridad de un vehículo de 2 o 4 ruedas, lo cierto es que empieza a arraigar la “idea” de que comprar artículos de segunda mano también es una alternativa viable.
¿Pero tiene sentido? En mi opinión no, pero intentemos resolverlo.
Ke kūʻai ʻana i nā kaila: hou a hoʻohana paha? Hoʻomaopopo!
Por ello, cuando un consumidor acude a un taller o “llantas”, algunos propietarios parecen muy interesados en mostrar el stock de neumáticos usados o seminuevos. ¿A qué se debe este afán de los propietarios? ¡Es simple! Porque el margen de beneficio de estos productos es mucho mayor y tendrás que volver allí para cambiar neumáticos antes.
¿Sabes lo que realmente compras cuando cambias neumáticos?
Es un poco como poner gasolina o diésel en tu coche, donde hay más combustibles premium o menos premium. La gran diferencia es que mientras con el combustible se paga por litro, con los neumáticos se paga por milímetro.
Es decir, se montará en tu coche un neumático nuevo con 8/9 mm a utilizar, situándose el límite normalmente en 1,6 mm. Básicamente, estamos comprando más o menos 7 nm de neumático. Esto quiere decir que si un neumático nuevo cuesta 100€, tendrás que dividir el precio entre los milímetros que vas a utilizar, es decir, 100/7 = 14€. En este caso pagarás 14€ el milímetro.
Dicho todo esto, como habrás podido comprobar, un neumático usado o seminuevo no tendrá la misma cantidad de milímetros que uno nuevo. Sólo ahorrarás dinero si el coste por milímetro es menor. ¡Normalmente no lo es! Al menos no con neumáticos comparables.
Además, como tendrás menos milímetros para utilizar, también tendrás que cambiar los neumáticos antes. Quizás aún más grave que todo esto es que el coste de la mano de obra será exactamente el mismo que el de comprar neumáticos nuevos.
En resumen, la mayor parte del ahorro de tiempo es igual a cero. E nānā! Dije “la mayoría de las veces”, puede haber situaciones en las que esta compra tenga sentido, solo hay que hacer cuentas.