
oh X - ʻike ʻia ma mua twitter — está en el centro de un caso judicial estadounidense que alega su colaboración en las graves violaciones de derechos humanos cometidas por Arabia Saudita. Según la demanda, la empresa habría revelado información confidencial de los usuarios a petición de las autoridades sauditas, a un ritmo mucho mayor que en los casos que involucran a Estados Unidos, Reino Unido o Canadá.
La acción legal, iniciada por Areej al-Sadhan en mayo del año pasado, hermana de un trabajador humanitario saudita detenido, sostiene que X/Twitter jugó un papel activo en facilitar los abusos contra los derechos humanos. La infiltración de agentes sauditas en la plataforma resultó en el arresto del hermano de al-Sadhan y la exposición de miles de usuarios anónimos, algunos de los cuales supuestamente fueron detenidos y torturados como parte de la represión del gobierno saudita contra la disidencia.
La demanda fue revisada recientemente para incluir nuevas acusaciones de que, bajo el liderazgo del ex director ejecutivo Jack Dorsey, Twitter estaba al tanto o ignoró deliberadamente la campaña del gobierno saudita para silenciar a los críticos brindándoles asistencia debido a vínculos financieros y políticos.
Jim Walden, abogado que representa a Al-Sadhan, tenía la esperanza de que la demanda haría justicia a la situación. Él afirmó: «Creemos en el caso de Areej y lo perseguiremos con celo, pero lo que ella más desea es que Arabia Saudita simplemente libere a su hermano y le permita reunirse con su familia en Estados Unidos."
Grupos humanitarios presentaron una demanda
Las acusaciones surgieron después de que Human Rights Watch criticara a un tribunal saudí por condenar a muerte a un hombre basándose únicamente en su actividad en Twitter y YouTube. El hombre fue acusado de tener cuentas con pocos seguidores y pocos tuits críticos con el gobierno. Esta situación ha sido vista como una “escalada” en la represión de la libertad de expresión por parte del gobierno.
Los detalles de la demanda destacan que la colaboración entre Twitter y Arabia Saudita se remonta a 2014, cuando agentes saudíes se infiltraron en la plataforma y compartieron información confidencial de los usuarios. La demanda alega que estos agentes compartieron estos datos con el gobierno saudí, que los utilizó como prueba en procedimientos legales. Twitter habría accedido rápidamente a estas solicitudes de divulgación de emergencia.
Este caso plantea importantes interrogantes sobre la responsabilidad de las redes sociales con respecto a la privacidad de los usuarios y su colaboración con gobiernos involucrados en violaciones de derechos humanos. El resultado del proceso podría tener implicaciones de gran alcance para el uso de plataformas de redes sociales en contextos políticos sensibles, subrayando la necesidad de equilibrar los intereses comerciales y los valores éticos.
Puna: Ke kiai