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¿Alguna vez has pisado el pedal del freno de tu coche y has sentido que ya no es tan sensible como debería ser? Digamos que estás bajando una montaña y te das cuenta de que tu auto tarda mucho más en detenerse cada vez que aplicas los frenos. Este fenómeno suele denominarse desvanecimiento de los frenos y es algo a lo que realmente debes prestar atención.
¿Alguna vez has oído hablar de los frenos que se desvanecen? ¡Tenga cuidado!
Los coches se detienen, transformando la energía cinética en calor. Los automóviles modernos utilizan un sistema de discos de freno, pinzas y pastillas de freno para crear fricción y detener el automóvil. Cuando presiona el pedal del freno, un sistema hidráulico usa presión para obligar a las pinzas a apretar las pastillas de freno sobre los rotores y detener el automóvil mediante fricción.
A su vez, la fricción genera mucho calor en los rotores. Normalmente, los discos de freno no superan los 204 grados en la conducción normal en la calle. Sin embargo, la conducción vigorosa, como la conducción en pista o la conducción con más carga, puede ejercer mucha más presión sobre los frenos y no darles suficiente tiempo para enfriarse. Esto podría obligar a que las temperaturas aumenten hasta unos 500 grados. Este calor puede provocar una pérdida del rendimiento de los frenos, lo que puede ser peligroso.
¿Cuáles son los tipos de desvanecimiento de los frenos?
El tipo más común de desvanecimiento de los frenos es cuando los frenos pierden efectividad porque una capa de gas impide que las pastillas de freno agarren adecuadamente los rotores. Este gas proviene de la degradación de los materiales de las pastillas de freno, principalmente resina. A medida que la resina se deteriora, libera un gas que puede formar una película en el rotor y reducir el contacto. Por eso algunas pastillas de freno tienen ranuras que permiten la salida del gas. Considere reemplazar sus pastillas de freno si nota que las pastillas instaladas en su vehículo no tienen ranuras.
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También existe otro tipo de desvanecimiento de los frenos llamado desvanecimiento del líquido de frenos. ¿Recuerda que mencionamos anteriormente que los automóviles usan un sistema hidráulico para activar las pinzas de freno? Bueno, ese fluido en el sistema hidráulico puede hervir y reducir la efectividad de ese sistema. Debido a que el líquido de frenos es higroscópico, está diseñado para absorber agua y humedad, reduciendo su punto de ebullición y aumentando la probabilidad de que los frenos se desvanezcan.
Por último, la potencia de frenado se pierde al conducir en condiciones húmedas o lluviosas. Esto puede convertirse en lo que algunos llaman «desvanecimiento por agua», que es esencialmente otro tipo de desvanecimiento de los frenos. En este caso, el agua puede infiltrarse entre las pastillas y los rotores, quedar atrapada y reducir la adherencia entre las dos superficies.
¿Como evitar?
El primer y más obvio consejo para prevenir el desgaste de los frenos es, en primer lugar, evitar sobrecargarlos. La forma en que decidas implementar este consejo dependerá de cuánta tensión apliques a los frenos. Por ejemplo, si nota desgaste de los frenos al bajar una pendiente, considere utilizar el freno motor en lugar de depender demasiado de los frenos. Asimismo, evite la conducción agresiva con aceleraciones muy rápidas y paradas repentinas que pueden provocar acumulación de calor.
Como dijimos anteriormente, las pastillas de freno ranuradas pueden ayudar a disipar los gases. Sin embargo, también se pueden utilizar discos de freno ventilados, ranurados y perforados de forma similar. Permiten que el aire y los gases entren y salgan por las aberturas, manteniendo los frenos más fríos. Además, si planea usar su automóvil para mejorar el rendimiento, como en la pista o para remolcar, considere comprar rotores más grandes, ya que la mayor superficie puede ayudar a disipar el calor.
Al realizar el mantenimiento de tu coche, también debes comprobar que no tenga líquido de frenos viejo que pueda haber absorbido demasiada humedad. La frecuencia con la que debes cambiar el líquido de frenos varía según tu vehículo, pero generalmente debes hacerlo cada dos o cuatro años.