Como sabrás, la Unión Europea decidió recientemente implementar un sistema arancelario, en el que todos los automóviles producidos en China tienen que pagar una tarifa adicional para ingresar al territorio europeo.
Sí, has leído bien, todos los coches producidos en China, no estamos hablando sólo de coches de fabricantes chinos. Esto también afecta a BMW, VW, Renault e incluso a Tesla.
Precisamente por eso, a pesar de que toda la situación es un asunto doble, BMW AG está presionando a Berlín para que Alemania no vote a favor de este nuevo esfuerzo para aumentar los aranceles.
¡BMW quiere que Alemania vote en contra de los aranceles!
¿Por qué? Pues además de que un hipotético aumento de aranceles complicará aún más la producción china para muchos fabricantes europeos. La realidad es que todo ello dará lugar a una nueva disputa económica, donde los fabricantes europeos también verán resentirse sus ventas en el continente asiático.
En otras palabras, ¡es una situación complicada! Si no aumentan los aranceles, el mercado europeo se verá inundado de vehículos chinos baratos, significativamente más baratos en comparación con las propuestas europeas. Esto se debe a que, a pesar de que es muy probable que los fabricantes pierdan dinero con cada unidad vendida, hay inversores, incluido el Estado chino, que invierten grandes cantidades de dinero para “sacar adelante”.
Pero, por otro lado, si esta estrategia sigue adelante, los fabricantes europeos dejarán de vender tantos coches en el gigante y lucrativo mercado chino.
¿Cuál es la mejor solución? En un mundo perfecto, sería dejar funcionar al mercado, porque el consumidor sólo se beneficia de este tipo de situaciones. Después de todo, más automóviles, a precios más bajos, sólo puede significar más competencia y una mayor variedad de opciones llenas de calidad.