Al precio, a la autonomía que todavía no satisface a la gran mayoría de conductores, y también al hecho de que resulta “molesto” tener que buscar un lugar para cargar el coche, ya sea en casa o fuera de casa, hay Otra gran complicación en la mente de los conductores que actualmente planean pasarse a un coche 100% eléctrico.
¿Pueden las baterías realmente gritar? ¿Es tan común?
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¿Cuántos coches eléctricos han tenido que cambiar de batería? ¿Es esto todavía un problema?
Por lo tanto, ya sea que tu coche sea 100% eléctrico, o simplemente un vehículo Híbrido Enchufable que sea capaz de recorrer unos kilómetros de forma puramente eléctrica, siempre habrá una preocupación en mente… ¿Qué sucede si la batería falla o pierde demasiada capacidad? ¿Es esto tan común? Bueno, en los coches eléctricos más nuevos, esto no es una preocupación.
Sí que es cierto que en las primeras generaciones había problemas, algunos muy graves, que requerían cambiar la batería, o al menos un determinado número de sus módulos. Estos problemas se debían a los materiales de la batería, y por supuesto, también a la insuficiente refrigeración que implementaron los fabricantes en su momento.
Dicho esto, desde 2015, los defectos de la batería han sido muy raros y solo representan el 2,5% de los coches vendidos.
Estos valores ahora han llegado a Internet, según un estudio de Automático recurrentecon más de 20 mil coches eléctricos analizados.
¿Desde 2015?
Sí, el año de fabricación del coche influye mucho en la probabilidad de avería.
De hecho, según este mismo estudio, la probabilidad de cambiar la batería en los coches fabricados antes de 2015 estaba por encima del 13%. En el caso de los vehículos producidos después de 2015, el porcentaje tiende al 1%.
¿Por qué?
En pocas palabras, las baterías han evolucionado, ya que hoy en día se utilizan composiciones químicas superiores. Además, los fabricantes también aprendieron de sus errores al implementar sistemas de monitoreo de temperatura y refrigeración mucho más avanzados.
Más concretamente, la gran mayoría de los vehículos eléctricos modernos utilizan sistemas de refrigeración líquida, que son más eficientes y, por tanto, reducen la degradación y la formación de dendritas. (Dendritas son pequeñas estructuras que se forman entre los electrodos y que, con el tiempo, pueden provocar cortocircuitos).
Además de todo esto, es importante destacar la gran evolución de los sistemas BMS (sistema de gestión de batería). A su vez, son responsables de la gestión de la carga y de la correlación de las temperaturas de los distintos módulos de batería.
Así, a medida que las baterías aumentan de capacidad y tienen mayor autonomía, también es posible gestionar el nivel de degradación general de toda la célula, para retrasar el cambio de módulos, garantizando al mismo tiempo que el vehículo siga rodando por las carreteras.
También es interesante señalar que hoy en día la industria automotriz apuesta por baterías LFP (Fosfato de Litio y Hierro), en lugar de baterías NCM (Níquel, Cobalto y Manganeso), que son más económicas y además ofrecen una mayor vida útil.
Conclusión
Un coche eléctrico sigue siendo un coche y, como tal, tendrá averías. No hay forma de evitarlo, los defectos y las desgracias tienen que pasarle a alguien. Aún así, es muy interesante ver cómo le está yendo y evolucionando a toda la industria.