Se ha recomendado a los conductores que mantengan limpias tres partes del interior de su automóvil para evitar la acumulación de bacterias que pueden causar enfermedades. Esto se debe a que pueden extenderse fácilmente por varios componentes interiores.
Si bien muchos conductores se esfuerzan por hacer que el exterior de su automóvil brille, mantener limpio el interior puede brindar más beneficios que simplemente verse mejor. Por tanto, la falta de limpieza periódica del interior del coche puede provocar la propagación de microorganismos, afectando a conductores y pasajeros.
El automóvil es una potente fuente de bacterias, algunas de las cuales pueden causar enfermedades en los seres humanos. Si el coche no se limpia adecuadamente, las infecciones pueden surgir y reaparecer y, en algunas personas, volverse persistentes.
Hay bacterias a nuestro alrededor y afortunadamente tenemos un buen sistema inmunológico que nos mantiene a salvo. Sin embargo, el hecho de que el coche sea una incubadora de microorganismos es preocupante.
¿Cuáles son las partes más peligrosas?
Los expertos analizaron varios componentes en busca de bacterias en tres coches diferentes. Entonces el interior que lleva más gérmenes son los asientos.
El asiento del conductor de un coche suele contener más bacterias que un baño doméstico.
Por ello, siempre es una buena idea aspirar periódicamente los asientos del interior de un vehículo. Esto es antes de aplicar un champú especializado para el interior, si es de tela, o toallitas para tapizados de cuero o vinilo.
También es necesario mantener los cinturones de seguridad de su automóvil lo más limpios posible.
Un limpiador de tapicería o un champú para interiores de buena calidad ayudarán a eliminar las manchas, la acumulación de suciedad y los olores desagradables, dejando los asientos limpios y frescos.
Después de limpiar los cinturones de seguridad, también es fundamental que seques el dispositivo de seguridad con un paño de microfibra para evitar el riesgo de que se forme moho.
Por último, el freno de mano del vehículo es otro componente especialmente problemático para la supervivencia de las bacterias.
Ya sea una palanca física o controlado electrónicamente mediante un pequeño botón, el freno de mano se utiliza habitualmente incluso en los trayectos más cortos. Especialmente si el conductor cruza el tráfico con regularidad.
Por lo tanto, es vital que los conductores lo mantengan limpio con regularidad, aspirando el área a su alrededor en busca de polvo o residuos y utilizando una toallita especializada o una solución de detergente suave y un paño para eliminar las bacterias.