Las baterías que alimentan los coches eléctricos no siempre funcionan bien en ambientes fríos. Sin embargo, parece que los coches Tesla hacen un buen trabajo a la hora de afrontar las bajas temperaturas. Esto significa que tienen un impacto menor en la autonomía. Según un estudio reciente, las baterías de los automóviles Tesla que prosperan en áreas con un clima más frío tienen menos impacto y pueden viajar más millas por carga en comparación con los vehículos eléctricos conducidos en áreas cálidas y húmedas.
El impacto del frío y el calor en las baterías de Tesla
El estudio midió el impacto de los ambientes fríos y calientes en las baterías de los coches Tesla usados en términos de distancia. En pocas palabras, es una estimación porcentual de cuántos kilómetros puede viajar un Tesla con una sola carga. Esto en comparación con los valores de autonomía que presenta la marca. Piense en ello como el sistema de salud de la batería de un iPhone. Indica el grado de eficiencia de la batería para retener energía eléctrica en comparación con su nuevo estado.
Según los datos recopilados por Recurrent, la puntuación de autonomía de los coches Tesla en zonas clasificadas como “frías”, “muy frías”, “subárticas” y “marítimas” fue de 95, en comparación con la puntuación de autonomía de 92 para los vehículos situados en zonas “cálidas y húmedas”. ” y áreas “calientes y secas”. Esto significa que los Tesla conducidos en zonas frías sufren un menor grado de degradación de la autonomía en comparación con los de climas cálidos.
¿Pero qué pasa con el frío?
Cuando la temperatura exterior disminuye, la velocidad a la que se producen reacciones químicas en las celdas de la batería también tiende a disminuir. El revestimiento de litio, un escenario de degradación de baterías que se encuentra con frecuencia como resultado de la carga de alta corriente a bajas temperaturas, es ampliamente reconocido como el proceso de envejecimiento más grave en las baterías de iones de litio. Este fenómeno, que se produce a bajas temperaturas, reduce significativamente la cantidad de litio reciclable.
Sin embargo, el impacto de las altas temperaturas en las baterías de los vehículos eléctricos es más grave. No sólo acelera el proceso de degradación química, sino que la carga adicional de refrigeración del coche supone una tensión adicional, reduciendo la duración de la batería y la autonomía como efecto acumulativo neto. Estos hechos también explican por qué los coches Tesla obtuvieron mejores resultados a la hora de mantener la autonomía anunciada en climas más fríos que en regiones cálidas y húmedas.
El último estudio también elogia los coches Tesla por su eficiente sistema térmico que entra en acción en función de las variaciones de la temperatura exterior. Curiosamente, funciona todo el tiempo y no sólo cuando se está cargando el coche. Más concretamente, es el sistema de refrigeración pasivo el que siempre está funcionando y protege la batería cuando se expone a condiciones de baja temperatura.