La tecnología nos hace la vida más fácil, pero por diversas razones también puede crear otros problemas. Los teléfonos móviles nos han hecho la vida más fácil y nos mantienen en contacto en todo momento. Sin embargo, no todo es un camino de rosas. Principalmente porque el miedo a atender llamadas se ha disparado, especialmente entre las personas de entre 18 y 35 años.
Cuando muchas personas se dan cuenta de que les suena el móvil, se asustan. De hecho, un estudio reciente reveló que hay varios pensamientos que rondan por sus cabezas, a saber: – ¿quién será? ¿Qué quieren? ¿Y tendré que hablar? Las posibilidades son demasiado aterradoras.
De hecho, muchos, si no contestan, ni siquiera responden a la llamada por miedo a lo desconocido. Y si conocen a la persona que llamó, le envían un mensaje de texto diciendo: “Perdí la llamada, ¿qué pasa?”.
Es cierto que algunas personas no contestan sus teléfonos móviles, principalmente debido a las numerosas llamadas spam que nunca dejan a nadie en paz. En muchos casos, requieren mucho tiempo y bien podrían ser cosas que se comunican por correo electrónico.
Luego hay otras personas que no contestan porque a menudo se encuentran con personas a las que les gusta demasiado hablar por teléfono y utilizan ese tiempo principalmente para quejas, enfermedades o críticas.
Sin embargo, hay otros miedos que no se explican tan bien.
De hecho, algunas personas tienen miedo incluso si la llamada telefónica que reciben es completamente inocente. Un estudio encontró que el 81% de los millennials se sienten ansiosos antes de contestar una llamada.
Los principales motivos por los que no contestan llamadas
Cuando hablamos por teléfono celular en lugar de mensajes de texto, una persona generalmente tiene que responder “en vivo” y puede no estar lo suficientemente preparada mentalmente para dar la mejor respuesta. Una perspectiva que se complica aún más cuando se habla con alguien que no se conoce.
En un mundo lleno de correos electrónicos y mensajes instantáneos que sobrecargan nuestros dispositivos con notificaciones, una llamada telefónica es para muchos como un abuso de confianza.
Se considera que la persona que llama exige tiempo. De hecho, llamar a muchas personas de la generación actual altera su agenda y su estado emocional.
Por eso, la mayoría de las personas de la generación que mencioné anteriormente ven la llamada telefónica como algo reservado para asuntos urgentes y serios.
También hay quienes escapan a esto pero se trata de una tendencia cada vez más marcada en nuestra sociedad en la que todo el mundo prefiere y se siente más seguro utilizando los mensajes de texto.
Sin embargo, es buena idea perder el miedo y contestar el teléfono. ¡Porque si algo no te gusta siempre puedes apagarlo!