Eléctricos vs de combustión: ¿qué coches son más robados?

Existen varias diferencias entre los vehículos eléctricos y los más tradicionales, es decir, los de combustión. Sin embargo, cuando pensamos en esto recordamos cuestiones más técnicas como tiempos de carga, autonomía, aceleración, entre otras. Aún así, a estas alturas ya hay datos suficientes para llevar esta comparativa a otros campos que también pueden influir en las ventas. Entonces, en un escenario eléctrico versus de combustión, ¿sabes qué autos son más robados?

No seamos demasiado misteriosos. Lo cierto es que los coches eléctricos se roban mucho menos que los de combustión más tradicionales y en realidad hay cinco razones para ello.

Sistemas de vigilancia

En la práctica, los vehículos eléctricos son sistemas de vigilancia sobre ruedas, con cámaras que graban todo lo que les rodea. Estos automóviles suelen utilizar una amplia gama de sensores necesarios para los sistemas de asistencia al conductor. Entre ellas se incluyen las cámaras que, por ejemplo, Tesla también utiliza como cámaras de vigilancia. Su función Sentry Mode permite a los coches registrar su entorno, transformando cualquier Tesla en un sistema de vigilancia sobre ruedas. Otros fabricantes de automóviles han ido copiando esta característica, aunque su implantación ha sido bastante lenta.

Aunque no todo el mundo lo sabe, manipular un Tesla es un error porque el propietario siempre tendrá pruebas en vídeo de actividad delictiva.

software avanzado

Los vehículos eléctricos suelen estar protegidos por software avanzado al que es difícil acceder y descifrar. Por supuesto, ningún sistema informático es completamente inmune a la piratería, pero si romper el sistema es demasiado difícil o lleva mucho tiempo, los piratas informáticos estarán menos dispuestos a tenerlo en cuenta. Los ladrones prefieren vehículos que sean de fácil acceso y robo, y hay muchos de ellos en las calles.

Sin embargo, esto no excluye la posibilidad de que los ladrones descubran nuevas vulnerabilidades para acceder a los vehículos eléctricos. El hackeo siempre ha sido un juego del gato y el ratón, en el que los fabricantes de automóviles intentan parchear las vulnerabilidades tan pronto como se descubren.

GPS

Además de tener ojos para ver lo que sucede a su alrededor, los vehículos eléctricos siempre están conectados a Internet. También están equipados con módulos GPS, lo que permite a los propietarios conocer su ubicación exacta. Incluso si roban un automóvil, no pasará mucho tiempo antes de que el propietario o el fabricante lo localice y lo inmovilice. Esta tecnología hace que la recuperación de un vehículo eléctrico robado sea más probable que la de otros tipos de vehículos.

Falta de infraestructura de carga de vehículos eléctricos en los mercados de destino

Suelen robar vehículos de alto valor para venderlos en otros mercados, normalmente en África u Oriente Medio. Una vez contrabandeados al extranjero, es casi imposible localizarlos. Esto explica por qué los vehículos más robados son los SUV grandes y las camionetas. Además, es menos probable que los “clientes” de vehículos robados aprecien los vehículos eléctricos.

La razón más importante es la falta de infraestructura de carga en estos países. No estamos diciendo que sea imposible conducir un vehículo eléctrico en estos países. Simplemente no vale la pena comprar un vehículo robado.

Las piezas son difíciles de vender.

Es más probable que algunos vehículos robados sean destrozados y las piezas se vendan en el mercado negro. Sin embargo, con los coches eléctricos, los fabricantes de automóviles pueden controlar exactamente qué pieza va en cada vehículo, lo que Apple también hace con las piezas de repuesto para sus iPhones. Incluso si compra una pieza usada original, no hay garantía de que funcione en otro vehículo sin que el fabricante la configure.

Ahora ya sabes los motivos por los que entre los coches eléctricos y los de combustión, algunos son los coches más robados.