Una empresa estadounidense llamó la atención en los últimos días cuando anunció el inicio de las ventas del primer perro robot con lanzallamas. Entre las posibles aplicaciones de los nuevos equipos, la empresa Throwflame cita el «control y prevención de incendios forestales» y la «conservación ecológica», pero su posible uso como arma ha suscitado más preocupación.
«Tu compañero de potencia de fuego definitivo»
Como lo describe Throwflame, que también compartió el video de arriba de su nuevo producto, el “Thermonator” es un perro robot equipado con un lanzallamas ARC en su espalda. El robot se describe como «su compañero de potencia de fuego definitivo», tiene una duración de batería de una hora y presenta:
- Un sensor LIDAR para mapear por dónde caminas y evitar obstáculos;
- Visión Laser;
- Navegación en primera persona mediante cámara;
- Lanzallamas, propulsado por gasolina, con un alcance de casi 10 metros;
- Conectividad Wi-Fi y Bluetooth para control remoto.

La estructura del robot también le permite moverse rápidamente, realizar saltos y superar obstáculos en diferentes terrenos.
A la venta en Estados Unidos por 9.420 dólares (aproximadamente 8.805 euros en conversión directa), el nuevo robot fue presentado por la empresa como un posible aliado para actividades como «control y prevención de incendios forestales», «gestión agrícola», «ecológica» conservación», «remoción de nieve y hielo» y «entretenimiento y efectos especiales».
¿Cuáles son las regulaciones para el nuevo robot?

«Preocupante» sería una buena palabra para describir las regulaciones. En 48 de los 50 estados que componen Estados Unidos no existe una normativa específica para los lanzallamas. El equipo puede estar sujeto a leyes penales y de responsabilidad general del producto, pero las agencias federales no lo clasifican como arma de fuego.
De los usos citados por Throwflame, es difícil imaginar cómo se podría utilizar el Thermonator para la prevención de incendios forestales y la conservación ecológica. Y la sugerencia de utilizarlo para «entretenimiento y efectos especiales» aporta un peligroso carácter de «juguete» a equipos con diferentes riesgos.