Al aire libre, los zapatos transportan una gran cantidad de bacterias que pueden propagarse a otras superficies. En el interior el sudor y la suciedad se acumulan y pueden provocar malos olores. Sin embargo, lavar un par de zapatos en la lavadora por primera vez puede parecer una tarea desalentadora.
¡Es la única forma de lavar tus zapatos en la lavadora!
Ciertos tipos de zapatos pueden sobrevivir a un centrifugado en la lavadora sin sufrir ningún daño, pero el trabajo de preparación y la configuración de la máquina son importantes. Por eso, vamos a darte las instrucciones paso a paso que necesitas para mantener tus zapatos limpios e intactos después de un ciclo en la lavadora.
Antes de empezar
En general, se recomienda lavar los zapatos a mano. Entre el tiempo que un par pasa en remojo y hilado en una máquina, el pegamento puede comenzar a disolverse y la tela puede comenzar a deshilacharse. Sin embargo, lavarse las manos no siempre es conveniente para sus homólogos cotidianos que requieren una limpieza más frecuente. La mayoría de los pares de zapatos de lona, algodón, nailon e incluso poliéster se pueden lavar a máquina, pero es mejor evitar poner zapatos de piel o gamuza en la lavadora.
Los ajustes de la lavadora son clave para proteger tus zapatos. Cada máquina es diferente, pero el objetivo es elegir el ciclo más corto y suave y utilizar la configuración de agua fría. Es preferible utilizar detergente líquido para lavar los zapatos, ya que algunos detergentes en polvo no se disuelven bien en agua fría.
Colocar los zapatos en una bolsa de malla para la ropa sucia agrega otra capa de protección contra daños superficiales tanto a los zapatos como a la máquina. Si tus zapatos tienen plantillas removibles, quítalas y lávalas siempre en una bolsa de malla aparte, junto con los cordones. Las plantillas de espuma pura suelen ser seguras para colocarse en la lavadora, pero otros materiales pueden degradarse y requerir lavado a mano.
Sin embargo, nunca laves tus zapatos junto a prendas delicadas, pero recuerda que unas cuantas toallas viejas pueden ayudar a equilibrar la carga y proporcionar una buena amortiguación para tus zapatos durante el proceso de lavado. Por último, a la hora de secar tus zapatos, no utilices la máquina y déjalos secar al aire.
preparar los zapatos
Retira los cordones y las plantillas y colócalos juntos en una bolsa de malla. Coloque los zapatos en una bolsa de malla para lavandería separada y coloque ambas bolsas en la lavadora.
Cargue el detergente
Vierta la cantidad de detergente líquido para ropa recomendada por el fabricante. Para cargas pequeñas, las fórmulas concentradas regulares solo requieren una cucharada. Evite el suavizante de telas, ya que puede provocar que se acumulen residuos en sus zapatos.
Seleccionar la configuración de la lavadora
Elija la configuración del ciclo delicado. Si tu máquina no tiene una configuración delicada, opta por el ciclo más corto con centrifugado lento o sin centrifugado. Seleccione la temperatura del agua más fría disponible y presione Iniciar.
Seco
Retire las bolsas de lavandería de la lavadora cuando se complete el ciclo. Quítese los zapatos, cordones y plantillas y colóquelos sobre una toalla en un lugar cálido y seco. Colocarlos cerca de un conducto de calefacción, un radiador o una ventana soleada puede acelerar el tiempo de secado. Déjalos secar completamente antes de usarlos o guardarlos.
¿Con qué frecuencia debes lavar tus zapatos?
En general, el objetivo es lavar los zapatos una vez cada 30 usos. Entonces, si usas el mismo par de zapatos casi todos los días, significa que debes lavarlos aproximadamente una vez al mes. Durante las estaciones más frías, cuando tus pies sudan menos, puedes ampliar este número para más usos.
Sin embargo, también es importante no lavar demasiado los zapatos.