No hay duda de que conducir es una de las formas más cómodas de desplazarse. De hecho, a muchos de nosotros nos resultaría difícil mantener nuestra independencia si ya no pudiéramos conducir. Las drogas y el alcohol son dos factores que perjudican nuestra capacidad para conducir con seguridad, pero ¿qué pasa cuando tenemos problemas de salud? En algunos casos, las condiciones médicas pueden hacer que conducir un automóvil sea riesgoso.
¡Estas condiciones médicas hacen que conducir sea muy riesgoso!
El primer ejemplo es el de los conductores de mayor edad, cuyos reflejos ya no son tan agudos como antes y cuyas capacidades cognitivas pueden verse reducidas. Como medida de precaución, los conductores de 75 años o más deben considerar someterse a exámenes médicos y de la vista periódicamente.
Epilepsia
Sin embargo, los problemas de salud pueden surgir a cualquier edad. Por ejemplo, las personas que padecen epilepsia corren un alto riesgo al volante, ya que un ataque puede ocurrir en cualquier momento, sin previo aviso. Si esto sucede, el conductor epiléptico no podrá detener el coche de forma segura. Esto no sólo es peligroso para el conductor, sino también para los pasajeros y otros usuarios de la vía. Sin embargo, los medicamentos pueden ayudar a controlar las convulsiones en algunos casos, por lo que si un médico determina que un epiléptico está tomando los medicamentos según lo recetado, los pacientes pueden ver restablecido su derecho a conducir.
diabéticos
En los diabéticos, la insulina y otras formas de medicación pueden provocar hipoglucemia, lo que puede provocar desmayos. Las complicaciones a largo plazo incluyen ceguera parcial o total y problemas cardíacos o neurológicos, que pueden afectar su capacidad para conducir.
Medicamentos
Por último, pero no menos importante, algunos medicamentos recetados y de venta libre pueden tener un impacto negativo en su forma de conducir. Específicamente, pueden afectar el estado de alerta, la coordinación y la visión. En caso de duda, hable con su médico o farmacéutico.