Para tratar y prevenir mejor la depresión, necesitamos saber más sobre los cerebros y cuerpos en los que ocurre. Curiosamente, algunos estudios han identificado vínculos entre la depresión y la temperatura corporal, pero sus pequeñas muestras dejaron mucho lugar a dudas.
Un nuevo estudio
En un estudio más reciente, publicado en febrero, investigadores dirigidos por un equipo de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) analizaron datos de 20.880 personas recopilados durante siete meses. Esto confirmó que las personas con depresión tienden a tener temperaturas corporales más altas.
Por muy exhaustivo que sea el estudio (con participantes de 106 países), no es suficiente para demostrar que una temperatura corporal más alta está causando depresión, o incluso que la depresión está provocando que el cuerpo se caliente.
Sin embargo, sugiere que existe una relación que vale la pena investigar. Si algo tan simple como mantener la calma puede ayudar a combatir los síntomas de la depresión, entonces tiene el potencial de ayudar a millones de personas en todo el mundo.
Los investigadores consideran que la relación puede tener varias razones. Puede ser que la depresión esté relacionada con procesos metabólicos que generan calor extra. O vinculado a funciones de refrigeración biológica que no funcionan correctamente.
O puede haber una causa común, como estrés mental o inflamación, que afecta por separado la temperatura corporal y los síntomas depresivos.
Esto es algo que futuros estudios pueden investigar. Ahora sabemos que la depresión es una enfermedad compleja y multifacética. Lo más probable es que se deba a muchos factores desencadenantes diferentes, y la temperatura corporal puede estar influyendo.
Algunas cosas alivian la depresión
Estudios anteriores han encontrado que los jacuzzis y las saunas pueden aliviar los síntomas de la depresión, aunque en muestras pequeñas. Es posible que el autoenfriamiento que esto provoca, a través del sudor, también tenga un efecto mental.
Sin embargo, los datos del estudio mostraron que a medida que los síntomas de depresión autoinformados se volvían más graves, la temperatura corporal promedio aumentaba. También hubo una cierta asociación entre valores más altos de depresión y menores fluctuaciones diarias de temperatura, pero no a un nivel estadísticamente significativo.
Dado que alrededor del 5% de las personas en todo el mundo viven con depresión, los esfuerzos para comprenderla y tratarla de manera efectiva son ahora más urgentes que nunca. Cada nuevo descubrimiento trae más esperanzas de resolver el problema.