La introducción de la tecnología digital en los automóviles ha aportado importantes ventajas en varios niveles, principalmente relacionadas con la seguridad, el ahorro de combustible y la propia experiencia de conducción.
Pero el concepto de «siempre conectado» asociado con los vehículos, especialmente los eléctricos e híbridos, también está generando preocupaciones sobre la privacidad de los clientes y conductores.
Estos problemas se relacionan con el uso indebido de estos datos por parte de algunos fabricantes, a menudo sin el conocimiento de los clientes. Algo que varias marcas ya han admitido haber hecho en el mercado norteamericano y que ahora debería llegar a las autoridades federales estadounidenses.
Las aseguradoras utilizan información para fijar primas
La historia comenzó hace unos meses con la periodista del New York Times (NYT), Kashmir Hill, cuando descubrió que su vehículo eléctrico Chevrolet Bolt (Opel Ampera en el mercado europeo) estaba recopilando datos sobre hábitos de conducción, frenada y aceleración, entre otros.
Hill confirmó que el fabricante vendió estos datos a un corredor de seguros, quien a su vez los vendió a las compañías de seguros.
Luego, las empresas utilizaron estos datos para definir cotizaciones de seguros adaptadas a los hábitos personales de los conductores, a menudo sin su conocimiento o con un «consentimiento» oculto en la letra pequeña de los contratos.
Después del artículo del NYT, General Motors fue el primer fabricante en admitir la práctica, diciendo que pondría fin a su asociación con la empresa de análisis de datos LexisNexis y Verisk.
Senadores estadounidenses piden una investigación
El caso denunciado por la publicación norteamericana dio lugar a una denuncia formal de dos senadores demócratas estadounidenses, Ron Wyden y Edward J. Markey, ante la Comisión Federal de Comercio (FTC).
«Escribimos para instar a la FTC a investigar urgentemente la divulgación por parte de los fabricantes de los datos de conducción de millones de estadounidenses a intermediarios de datos, así como a compartir nuevos detalles sobre esta práctica descubierta en una reciente investigación de supervisión».
Según InsideEVs, en los senadores intervienen nombres de General Motors, Honda y Hyundai, que venden estos datos a terceros, a veces de forma oculta, o integrados en ‘programas’ de seguridad voluntarios.
La misma carta de los senadores destaca el papel de Hyundai en esta práctica, indicando que la empresa recibió alrededor de un millón de dólares entre 2018 y 2024, gracias a compartir los datos generados por sus vehículos con la empresa Verisk.
Según la misma fuente, la principal dificultad en EE.UU. para frenar esta práctica se debe a que la legislación existente está dispersa entre leyes estatales, por ejemplo, a diferencia de lo que ocurre en Europa con el RGPD.