Es desde el sur de Australia donde llegan noticias que no gustarán a algunos adolescentes. Este es uno de los pocos países que prohíbe el uso de las redes sociales para todos los niños hasta los 14 años.
Aunque este no es el primer país que lo hace, cada vez son más los que se adhieren a una legislación similar. En todos los casos, los formuladores de políticas invocan la seguridad y el bienestar de los niños como motivación para estas leyes.
Australia está preocupada por la salud mental de sus niños
La ley en cuestión fue presentada por el Primer Ministro de Australia del Sur, Peter Malinauskas. Afirma que esta decisión fue motivada por las diversas preocupaciones planteadas sobre el impacto de las redes sociales en la salud mental de los niños.

«Estamos viendo cada vez más evidencia de los expertos sobre el impacto adverso de las redes sociales en los niños, su salud mental y su desarrollo».
También surgieron preocupaciones sobre la seguridad de los niños en este mundo. En rigor, su exposición a contenidos ilegales y el creciente ciberbullying.
El Primer Ministro australiano también está preocupado por los algoritmos desarrollados por las empresas propietarias de las distintas redes sociales. Para él, estos contienen un componente adictivo para “atrapar” a los más jóvenes de este mundo.
¿Cómo garantizarán las autoridades responsables que se cumpla esta ley?
Ésta es la principal pregunta que surge tras la publicación de esta iniciativa legislativa. Una cosa es establecer límites de edad para el uso de las redes sociales y otra garantizar su cumplimiento.
Son varios los expertos que expresan estas dudas. Para lograrlo, sería necesario implementar nuevos mecanismos de verificación de edad.
Terry Flew, profesor de la Universidad de Sydney, menciona los mecanismos actuales de reconocimiento facial como una de las hipótesis para realizar estos controles. Aún así, no está seguro de que esto sea infalible.
La Dra. Joanne Orlando, profesora de educación infantil en la Universidad de Western Sydney, dice que no será fácil imponer esta prohibición. Ella dice que los niños seguramente encontrarán otras formas de acceder a las redes sociales.
«Ellos [adolescentes] Tienen mucha experiencia en lo que respecta a la tecnología. Prohibir es simplemente quitar un camino y siempre encontrarán otros caminos”.
Las preocupaciones expresadas por estos académicos hacen eco de las de muchos de sus pares en todo el mundo. Por mucho que nos gustaría prohibir el consumo de redes sociales en algunos grupos de edad, lograr que esto se cumpla es lo más difícil de conseguir.
¿Veremos algún día una ley similar en Europa? Sólo el tiempo nos dará la respuesta.