Por si no lo sabías, los procesadores Intel de 13.ª y 14.ª generación están causando problemas que el fabricante posiblemente nunca imaginó. Hablamos de problemas relacionados con la inestabilidad, que incluso se ha traducido en “parches” que a su vez redujeron el rendimiento de varios chips del gigante azul de los microprocesadores.
Pero, más allá de intentar poner remedio al problema, lo cierto es que los problemas de inestabilidad están provocando daños graves e irreversibles en los chips. Por tanto, Intel se vio obligada a hacer cosas muy inusuales en el mundo tecnológico.
¡Intel (realmente) cambió las reglas de garantía!
Por ello, Intel decidió ampliar otros 2 años la garantía de sus procesadores Core 13000 y Core 14000. Esta cobertura extra funciona más allá de los 3 años ya garantizados por el fabricante. Es decir, hablamos de una garantía total de 5 años para los procesadores ya mencionados en este artículo.
Mientras tanto, Intel tiene una actualización del microcódigo para intentar tener cierto control sobre el problema. Algo que debería suceder a mediados de agosto. Aún así, la extensión de la garantía es global y sucederá.
Pero de poco sirve una garantía ampliada cuando tu PC, ya sea de trabajo o de ocio, deja de funcionar sin previo aviso y te obliga a tener que lidiar con la siempre molesta asistencia. Una situación que no se espera de un fabricante como Intel.