No hay nada bonito sin nada más y el crecimiento de Google en materia de Inteligencia Artificial (IA) es prueba de ello. Al parecer, hay un gran dilema al que se enfrenta la empresa: evolucionar cada vez más su IA o proteger el medio ambiente.
Esto se debe a que el Informe Medioambiental 2024 elaborado por la marca es todo menos alentador. Según AI News, las emisiones de carbono han aumentado a un ritmo del 50% en los últimos cinco años.
Entre 2019 y 2023, hubo un aumento de las emisiones de carbono de 3,6 millones de toneladas
De más está decir que se trata de una cifra preocupante y gran parte de estas cifras se debe a la gran inversión en IA. Por este motivo, es posible que Google tenga que recalcular su apuesta en este ámbito, ya que el daño es claro.
Poniendo esto en cifras concretas, podemos analizar que Google aumentó de 9,7 millones de toneladas métricas de CO2 a 14,3, solo entre 2019 y 2023. Con el enfoque cada vez más evidente en la IA, la tendencia natural sería aumentar. Sin embargo, Google se pronunció al respecto.
«La IA se encuentra en un punto de inflexión y muchos factores influirán en su impacto final, incluido el grado de adopción de la IA, nuestra capacidad para mitigar su huella y el ritmo de la innovación y la eficiencia continuas».
Google quiere alcanzar la neutralidad de carbono para 2030
Al menos la compañía se pronuncia sobre este problema, sin embargo ya se sabe que el mundo empresarial vive de resultados y la IA se ha destacado en este sentido. Como afirma la misma fuente, Google prometió tener energía libre de carbono para 2030.
Sea o no así, una cosa es segura: el escenario actual dista mucho de serlo. Los servicios de Google son cada vez más ricos en inteligencia artificial, al igual que los teléfonos Pixel, y todo esto requiere modelos de entrenamiento que consumen enormes cantidades de energía.
«A medida que integramos aún más la IA en nuestros productos, reducir las emisiones puede ser un desafío debido a las crecientes demandas de energía de la mayor intensidad informática de la IA y las emisiones asociadas con los aumentos esperados en nuestra inversión en infraestructura técnica», agregó Google.
En la crisis climática que estamos viviendo, Google no es el único “malo”. Después de todo, muchas grandes empresas de tecnología han gastado cantidades asombrosas en IA y su crecimiento parece ser ilimitado.
Microsoft también aumentó las emisiones un 30% desde 2020
Sin embargo, es posible que estos números de Google sirvan como recordatorio de diferentes enfoques en el futuro. La propia empresa lo reconoce, ya que no invertir en IA no parece una opción sobre la mesa.
Por tanto, como afirma AI News, el objetivo puede pasar por invertir en fuentes de energía renovables. Quizás de esta manera Google alcance sus objetivos de cero emisiones de carbono para 2030, lo que sigue siendo un plan muy ambicioso.
Es interesante mirar a Microsoft y ver que la empresa también expresó el mismo objetivo. El problema es que, al igual que Google, las emisiones de carbono siguen creciendo y han aumentado un 30% desde 2020.