A muchas personas les gusta acurrucarse con bolsas de agua caliente durante los meses más fríos. Esto se debe a que son una forma rápida, fácil y económica de mantener el calor en invierno. Sin embargo, también pueden provocar lesiones graves. Debido a que estos cilindros estallan o no están bien apretados en algunos casos, pueden provocar quemaduras y escaldaduras. Pero este no es el único daño que pueden causar estos accesorios. Hablamos concretamente del síndrome de la piel tostada, también conocido como eritema ab igne.
La exposición a fuentes de calor como bolsas de agua caliente, almohadillas térmicas, calentadores e incluso computadoras portátiles puede provocar un patrón de malla roja en la piel. Esto se debe a la dilatación de los pequeños vasos de la piel, que intentan hacer frente al calor.
Por lo general, la afección se resuelve poco después de retirar la fuente de calor.
Sin embargo, la exposición prolongada y persistente al calor puede provocar adelgazamiento de la piel e hiperpigmentación, cuando algunas zonas de la piel son más oscuras que otras.
La hiperpigmentación es causada por el daño a las fibras elásticas de la piel y la liberación de melanina de las células de la piel.
Este daño puede ser permanente, pero tratamientos como la terapia con láser o cremas tópicas pueden ayudar.
El diagnóstico tardío del síndrome de piel tostada y la exposición persistente también pueden provocar cánceres como el carcinoma de células basales, el carcinoma neuroendocrino y el linfoma de bajo grado.
Algunas personas son más susceptibles al daño por calor. Por ejemplo, las personas con anemia falciforme y dolor crónico tienen más probabilidades de sufrir eritema ab igne o quemaduras importantes.
Las personas con diabetes que tienen complicaciones circulatorias que afectan la regulación de la temperatura pueden sentir más el frío y, por lo tanto, utilizar regularmente dispositivos de calefacción. Pero los diabéticos con problemas de circulación también pueden sentirse más débiles y no notar que su piel se calienta hasta que se queman.
Entonces, ¿cómo mantenerte abrigado sin usar una bolsa de agua caliente?
En la cama, las mantas con peso ayudan a evitar que el aire caliente salga cada vez que te mueves debajo de ellas. Pero si está sentado, mantenga los pies en alto y alejados del suelo, que suele ser la parte más fría de la habitación.
Entonces, en lugar de usar un abrigo o un suéter grueso, vale la pena recordar que las capas de ropa son mucho más efectivas para atrapar el aire y mantenerte abrigado.
Las yemas de los dedos tienen el doble de fibras nerviosas que las palmas y son susceptibles al frío.
Por lo tanto, usar guantes, incluso en interiores, puede ayudar a reducir la necesidad del cuerpo de distribuir calor a las manos. Reteniendo también el calor producido por el cuerpo contra la piel.
Moverse de vez en cuando genera calor y ayuda a circular sangre caliente desde el centro hasta las extremidades, como los dedos de manos y pies.
Por último, puede reducir el riesgo de daño a los tejidos al utilizar bolsas de agua caliente o almohadillas térmicas distribuyendo el calor de manera uniforme. Así que muévelos para que el calor no se concentre en una sola zona.
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