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Antiguamente, tener que acudir a cualquier taquilla para conseguir una entrada de cine, obra de teatro, concierto o festival era normal. Hoy en día esto ya no es así, la norma es comprar todo online, es decir, los billetes han dado paso a los E-Tickets.
Lo que a su vez también trajo consigo algunos riesgos asociados, que simplemente no existían en el pasado reciente.
Los billetes electrónicos (e-Ticket) pueden ser un peligro
Por suerte o por desgracia, el online trae muchas ventajas, pero también algunas desventajas. La conciencia acaba abriendo puertas a la vulnerabilidad. Los billetes electrónicos son un ejemplo de ello.
¿Qué es un billete electrónico?
Es un billete electrónico que funciona igual que un billete de papel tradicional. Son más respetuosos con el medio ambiente porque no necesitan ser impresos, y además son menos susceptibles a pérdida o daño, porque están en formato digital, en cualquier correo electrónico o carpeta de tu smartphone.
Sin embargo, como comentábamos anteriormente, también tienen aspectos negativos, pues en el proceso de compra y adquisición del billete tendrás que dar muchos de tus datos personales, como tu Nombre, Número de Teléfono, Email, datos de la tarjeta, o cuenta bancaria. Datos que pueden ser interceptados por terceros.
Además, los propios billetes son capaces de almacenar esta misma información sensible mediante códigos de barras o códigos QR. Una simple lectura hace que toda esta información sea accesible.
Además de todo esto, quien te vende entradas puede utilizar tus datos como correo electrónico y número de celular para realizar algunos cambios más, vendiendo esta información a terceros. (¿No sabes cómo de la nada empezaste a recibir llamadas extrañas y anónimas, que casi con seguridad son spam? ¡Así fue!)
¿Cómo cambiar esto?
Pues es saber elegir la plataforma donde compras tus entradas. Debes leer la política de privacidad para estar seguro de lo que ocurre con tus datos. El RGPD es importante, pero aún así debes prestar cierta atención a lo que aceptas cuando presionas el botón “Leo y acepto”.
Además, es una buena idea practicar una buena higiene digital, como actualizar periódicamente sus contraseñas. (¡O bien, utilice un administrador de contraseñas, capaz de almacenar contraseñas complejas!)
Debemos tener en cuenta que, al igual que nuestras fotografías, cuando nuestros datos personales llegan a Internet, ya no son completamente nuestros. Es necesario lograr un equilibrio entre aprovechar los beneficios de la tecnología y al mismo tiempo defenderse de sus amenazas ocultas.