Los cuerpos planos de las cucarachas les permiten infiltrarse en lugares inaccesibles para los humanos, sin dejar ningún rastro. Prácticamente se están alimentando de todo y son increíblemente resistentes. Estas características los convierten en candidatos perfectos para misiones de búsqueda y rescate. Esto entre otras aplicaciones más controvertidas, como la vigilancia. Fue con esto en mente que un equipo de la Universidad de Osaka, Japón, en asociación con Dipult University, Indonesia, decidió explorar el concepto de cucarachas cyborg.
La idea es combinar lo mejor de dos mundos: la anatomía de las cucarachas, perfeccionadas durante millones de años para cruzar espacios reducidos y entornos hostiles, y un sistema de orientación artificial, que utiliza pequeños impulsos electrónicos para dirigir insectos a un destino elegido por los humanos.
Cucarachas cyborgs: tecnología inspirada en la naturaleza
“Crear robots funcionales a escala pequeña es extremadamente desafiante. Queríamos evitar esta dificultad manteniendo las cosas simples ”, explica Mochammad Ariyanto, ingeniero mecánico de la Universidad de Dipogoro y el principal autor del estudio.
«Al adjuntar dispositivos electrónicos a los insectos, evitamos la complejidad de la ingeniería robótica y podemos concentrarnos en nuestros objetivos».
La verdad es que, a pesar de los avances en la robótica, el movimiento de firma sigue siendo bastante rudimentario. El nivel de precisión y fluidez del movimiento animal aún está mucho más allá de lo que la tecnología puede replicar.


Esto se hace particularmente evidente en la locomoción vertical. Es un problema que enfrentan muchos robots. Una escalera simple puede ser un obstáculo insuperable para muchos sistemas mecánicos. Una cucaracha ya puede escalar paredes, cruzar tuberías, infiltrarse en espacios pequeños e incluso resistir ambientes de oxígeno bajo.
En lugar de construir un rasguño desde cero, el equipo decidió probar si los baratos de la portentosa (Gromphanorhina) podrían estar equipados con sensores capaces de detectar movimiento, obstáculos, humedad y temperatura. Además, los electrodos se han desplegado en sus antenas y cuerpos para permitir su orientación remota.
El sistema BioBBN
Todo este concepto dio lugar al Sistema de navegación de Biohibris de comportamiento (BIOBBN). Por lo tanto, utiliza un modelo de programación llamado Evoid de alcance. El principio es simple: el insecto debe llegar a un destino específico mientras evita obstáculos en el camino.
El sistema incluye dos algoritmos distintos. Uno más adecuado para entornos simples y otro diseñado para un terreno más complejo.
Para probar la tecnología, los científicos colocaron las cucarachas cyborg en un viaje con arena, rocas y madera, simulando un entorno natural con múltiples desafíos. Los comandos de navegación se han aplicado solo cuando sea necesario, lo que permite que los insectos usen su propio instinto para evitar obstáculos, corrigen trayectorias y recuperen la posición cuando se giran hacia lo contrario.
Aplicaciones prometedoras (y más preocupantes)
«Este algoritmo aprovecha los comportamientos naturales de las cucarachas, como seguir paredes y escalar, para superar los obstáculos en el camino», dicen los autores.
Sin embargo, la navegación en entornos más densos tardó más debido al aumento en la necesidad de eludir los obstáculos y el comportamiento natural de las cucarachas para escalarlos.
Los investigadores creen que estas cucarachas cyborg pueden ser extremadamente útiles en escenarios de catástrofe, lo que permite la inspección de escombros peligrosos después de conflictos o desastres naturales. Incluso pueden usar sobrevivientes y ayudar a los equipos de rescate. Además, pueden explorar lugares inhóspitos para humanos, como tubos estrechos, túneles subterráneos e incluso lugares históricos sensibles.
Sin embargo, también hay implicaciones más preocupantes: la vigilancia es una de ellas. Pequeños dispositivos autónomos como estos se pueden usar para fines de monitoreo sin que nadie se dé cuenta.