Las imágenes cerebrales no invasivas generalmente se realizan con electrodos, geles adhesivos y cables. Como era de esperar, resulta incómodo y, a veces, requiere mucho tiempo. Pero los científicos han desarrollado ahora una posible mejora en forma de tatuajes electrónicos temporales.
Estos tatuajes electrónicos funcionan mediante tinta líquida impresa en el cuero cabelludo. En un nuevo estudio, se demostró que son tan precisos como los métodos convencionales de electroencefalografía (EEG), y al mismo tiempo mucho más fáciles de configurar. Aún mejor, pueden funcionar en el cabello (siempre que sea corto).
Según los investigadores que desarrollaron la tinta, de la Universidad de Texas en Austin y la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), esta nueva técnica promete avances en el seguimiento de pacientes y el diagnóstico de enfermedades.


Los investigadores dicen que este nuevo enfoque es más cómodo para las personas, dura más sin degradación de la señal y es más preciso en los datos que recopila. Hechos de polímeros conductores, los tatuajes electrónicos se rocían directamente sobre la cabeza mediante una impresora de inyección de tinta personalizada.
Estos tatuajes, que anteriormente se utilizaban para medir la fatiga muscular y la frecuencia cardíaca, ahora han demostrado que también funcionan para la actividad cerebral. Esto se hace con algoritmos especialmente diseñados para descubrir en qué parte del cuero cabelludo se deben colocar.
Otras innovaciones surgieron con la aplicación de tinta electrónica para sustituir parte del cableado de un EEG normal. Los investigadores pudieron utilizar cables convencionales más cortos para transmitir los datos recopilados a un dispositivo de grabación.
El futuro traerá aún más innovaciones
El equipo detrás de e-tattoo quiere desarrollar una forma de incorporar capacidades de transmisión inalámbrica en manchas de tinta electrónicas impresas, así como hacer que su tecnología funcione con una gama más amplia de peinados y tipos de cabello.
Con el tiempo, los tatuajes electrónicos también podrían usarse como base para interfaces cerebro-computadora (BCI), dicen los investigadores, no solo para leer la actividad cerebral, sino para intentar interpretarla y usarla para desencadenar acciones.
Al igual que con el EEG, las configuraciones actuales son voluminosas y difíciles de manejar. Si la tecnología actual pudiera ser reemplazada por algo basado en tatuajes electrónicos, podría volverse accesible para un grupo mucho más amplio de personas.
El estudio fue publicado aquí.