Ojo: ¡dónde debes y dónde no debes guardar el agua embotellada!

Hay muchas razones para abastecerse de agua embotellada, incluida la hidratación y la preparación para una emergencia repentina. Pero tampoco deberías simplemente comprar cajas y cajas y olvidarte de ellas hasta que las necesites. De hecho, es importante tener cierto cuidado. Incluyendo el lugar donde lo guardas. Por eso te vamos a decir dónde debes y dónde no debes almacenar el agua embotellada.

Aléjalo del garaje.

Se podría pensar que una vez embotellada nada puede contaminar el agua. Sin embargo, esto no es cierto. De hecho, es por este motivo que no se recomienda guardar botellas de agua, por ejemplo, en el garaje. De hecho, el plástico es ligeramente permeable, lo que significa que pueden filtrarse vapores de gasolina, productos de limpieza, pinturas, pesticidas y otros productos químicos. Al almacenar agua embotellada en tu garaje, podrías estar contaminándola, haciéndola insegura para el consumo, especialmente si la almacenas durante mucho tiempo. Los mejores lugares para almacenar agua embotellada son fuera de la luz solar directa, a temperatura ambiente o más fresca y lejos de productos de limpieza domésticos. Una despensa es una buena opción, al igual que el frigorífico, si se dispone de espacio suficiente. Alternativamente, puedes guardarlo en un armario.

La temperatura ideal

La temperatura ideal para conservar el agua es entre 10 y 20 grados.

la validez

Si bien no necesariamente tiene una fecha de vencimiento cuando se almacena correctamente, el plástico puede degradarse con el tiempo. Por este motivo, se recomienda consumir cualquier agua embotellada en un plazo de dos años.

Cómo el calor y la luz solar pueden hacer que el agua embotellada sea insegura

Si bien los productos químicos y los vapores que se encuentran en muchos garajes son una de las principales razones por las que nunca se debe almacenar agua embotellada en ellos, también está el problema del calor. La razón por la que es aconsejable mantener el agua embotellada fresca y alejada de la luz solar es porque esto puede hacer que los químicos de la botella de plástico se filtren en el agua. A medida que aumentan las temperaturas, los enlaces químicos del plástico comienzan a romperse más rápidamente, terminando inevitablemente en quienes lo beben.

Muchas botellas de agua de plástico están hechas de tereftalato de polietileno (PET) y durante el proceso de fabricación se incluye antimonio, un semimetal que es tóxico en dosis altas. Cuando estas botellas se calientan, el antimonio presente en el plástico puede contaminar el agua.

Además, las botellas de PET son sensibles a la luz ultravioleta. La luz ultravioleta puede hacer que el plástico se descomponga y libere no solo antimonio, sino también sustancias químicas que alteran el sistema endocrino y que pueden alterar los niveles hormonales e incluso aumentar el riesgo de cáncer y diabetes.