Portugal es un mercado sumamente extraño, porque se suelen vender muchos más usados que nuevos, y aunque aparecen en nuestras carreteras vehículos con matrícula nueva, éstas fueron importadas de otros países europeos como Alemania o Francia.
El mercado de automóviles “nuevos” es muy pequeño y está dividido entre muchas marcas diferentes. Precisamente por eso estas mismas marcas están mucho más centradas en las empresas que en el consumidor común.
Para que os hagáis una idea, en el año 2023 importamos 100.000 coches usados de otros países europeos. Una proporción comparable a la de los países del Este, normalmente menos desarrollados y más pobres (discutible) que Occidente.
Esto es malo, porque Ya están en circulación casi 2 millones de vehículos ligeros de más de 20 años.
Nuestro aparcamiento es muy antiguo y la tendencia va a continuar. Lo cual es malo, porque además de no contar con muchas de las últimas tecnologías enfocadas a la seguridad, estos vehículos están desgastados, y posiblemente incluso con mal mantenimiento.
¿Qué se debe hacer para cambiar este paradigma?
Portugal importa coches usados a granel. ¿A quién culpar?
Por tanto, para que os hagáis una idea de la gravedad de la situación, Portugal importa alrededor de la mitad de los coches que vende nuevos cada año. Es decir, más o menos 100 mil coches cada año.
De hecho, hay quienes creen que el valor ya será significativamente mayor en 2024, tal es la prioridad que varios impulsores dan a los mercados exteriores, en lugar de mirar hacia dentro.
¿Por qué? Es simple. ¡Todo es más caro en Portugal!
Además de la doble imposición, la fiscalidad portuguesa también sigue penalizando a los motores híbridos más recientes como si fueran destructores del medio ambiente del año 1998.
Esto es algo que acaba por destruir la capacidad de las marcas de entrar en nuestro mercado. Además, como los coches nuevos son carísimos para nuestra realidad, y por tanto la atención se centra mucho más en los usados, estos también acaban apareciendo en valores exagerados para lo que debería ser “normal”.
Es la ley de la oferta y la demanda. Si hay una mayor demanda de coches usados, y estos ya llegaron al mercado portugués a precios exagerados cuando eran nuevos, es normal que su precio no baje como ocurre en otras regiones.
Curiosamente, a pesar de las muchas ventajas que tiene importar un coche, porque además del 23% de IVA, hay que pagar tasas de aduana, ISV, transporte, seguros, etc… ¡Pero aun así merece la pena! Es más barato comprar en el extranjero que comprar en el interior.
Antes que nada, ¿qué opinas de todo esto? ¿Crees que tiene sentido? ¿El “hambre” de impuestos no acaba siendo contraproducente en este tipo de ocasiones? Comparta su opinión con nosotros en el cuadro de comentarios a continuación.