Después de unos días templados, llegó el frío y ahora Portugal se prepara para muchas lluvias y tormentas eléctricas, especialmente en los próximos tres días. Otro aviso está relacionado con fenómenos de viento extremos. Por todo ello, Protección Civil emitió una alerta sobre la climatología en Portugal y la posibilidad de inundaciones en zonas urbanas, inundaciones provocadas por desbordes de ríos y arroyos y desprendimientos de tierras.
El comunicado difundido por Protección Civil también señala que habrá que estar atentos al arrastre de objetos sueltos a la vía, o al desprendimiento de estructuras móviles o mal fijadas, debido al fuerte viento que puede “provocar accidentes con los vehículos en circulación”. ”y peatones en la vía pública.
Todo esto se debe a que la DANA o el fenómeno también conocido como Gota Fría se encuentra en camino hacia Portugal.
En primer lugar, es importante entender qué da origen a este fenómeno y qué significa.
La principal causa de las intensas lluvias es probablemente un fenómeno meteorológico anual conocido como “gota fría”. A veces también se le llama “DANA”, acrónimo de “Depresión aislada de alto nivel”, o depresión aislada a gran altura.
¿Qué es la DANA o gota fría?
La DANA se produce cuando el aire frío desciende sobre las cálidas aguas del mar Mediterráneo. Esto provoca inestabilidad atmosférica, lo que hace que el aire cálido y húmedo de la superficie del mar se eleve rápidamente, lo que lleva a la formación de nubes altas y densas en cuestión de horas. Estas nubes arrojan luego fuertes lluvias en algunas regiones de España.
La aparición de este fenómeno meteorológico está relacionada con la corriente en chorro polar. Se trata de una corriente de viento rápida en niveles altos de la troposfera (la capa más baja de la atmósfera terrestre) que circula de oeste a este y separa el aire polar frío del aire tropical caliente.
A menudo, una bolsa de aire frío se separa de la corriente en chorro polar y choca con aire más cálido sobre el mar Mediterráneo, creando DANA.
El fenómeno es común en España y normalmente coincide con el inicio del otoño y la primavera en el Mediterráneo occidental.
Sin embargo, los expertos sugieren que las olas de frío se han vuelto más frecuentes e intensas en los últimos años. Además, el fenómeno también se ha extendido más geográficamente.
Esta situación se debe en parte al aumento de las temperaturas globales: el aire más cálido puede retener más humedad, lo que a su vez da lugar a precipitaciones más intensas. El aumento de la temperatura de la superficie del mar Mediterráneo también ha empeorado la situación. En agosto, el mar alcanzó la temperatura más alta jamás registrada.
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