A medida que las ventas de vehículos eléctricos sugieren una ligera desaceleración en Europa y algunos fabricantes parecen reevaluar sus estrategias comerciales, aumenta la presión sobre la Unión Europea para que «flexione» los plazos para la transición completa a los vehículos eléctricos.
Flexibilidad supone el aplazamiento del plazo de 2035, fijado por la UE, tras el cual se prohibirá la venta de coches nuevos diésel y gasolina.
El plazo debería revisarse en 2026 y varios fabricantes de renombre pretenden aprovechar la fecha para ‘flexibilizar’ estos límites, en la mayoría de los casos porque entran en conflicto con las propias estrategias de las respectivas marcas. Es el caso del director general de Renault, Luca De Meo, que admitió tener dudas sobre la viabilidad del plazo actual.

Imagen: Renault
Los mismos objetivos, pero a diferentes ritmos
En una entrevista con el diario económico online Les Echos, citada por Reuters, Luca De Meo explicó que Renault primero necesita reducir costes si realmente quiere cumplir sus objetivos en materia de vehículos eléctricos.
Además de ser el máximo responsable de Renault, De Meo también habló como presidente de ACEA – Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, dejando en el aire la idea de flexibilidad, pero manteniendo los objetivos de transición:
«Necesitamos un poco más de flexibilidad en el calendario», afirmó, advirtiendo, sin embargo, que «sería un grave error estratégico abandonar simplemente el objetivo debido a la actual desaceleración del mercado».
Respecto a los objetivos de Renault de trasladar su producción de vehículos a versiones 100% eléctricas, De Luca admitió que la compañía aún no está “en el camino correcto para alcanzar coches 100% eléctricos en 2035”.
Desafíos actuales en el mercado de vehículos eléctricos
A pesar de la caída de las ventas de vehículos eléctricos registrada en Europa a principios de este año, el mercado ya ha comenzado a recuperarse e incluso creció un 4,3% en junio en toda la UE, una tasa que no se registró en julio de 2019, según Reuters.
Los principales retos del mercado son principalmente cuestiones regulatorias, el aumento de la inflación y la competencia procedente de China y las dudas de muchos fabricantes se centran únicamente en cumplir el plazo de 2035.
Es el caso de Renault, Mercedes y Wolksvagen, por ejemplo, que defienden estrategias comerciales más equilibradas y periodos de convivencia más prolongados en la producción de vehículos eléctricos y de combustión.