Los neumáticos de avión pueden ser más pequeños que los neumáticos de camión, pero a pesar de soportar mucho más peso a velocidades mucho más altas (durante períodos de tiempo comparativamente más cortos), suelen ser bastante duraderos. De hecho, incluso con todo el estrés al que están sometidos, los neumáticos de los aviones generalmente no explotan. Sin embargo, si alguna vez lo hacen, los resultados pueden ser excepcionalmente peligrosos. Pero, ¿qué causa que explote el neumático de un avión?
¿Sabes qué causa que explote el neumático de un avión?
Que un neumático explote es algo que ya pasó. Sin embargo, lo cierto es que este tipo de fallos no ocurren muy a menudo. Esto se debe a que las regulaciones exigen que estén diseñados para soportar cuatro veces su presión nominal durante tres segundos o más. Pero incluso los componentes más resistentes pueden desgastarse con el tiempo.
Al igual que la necesidad de lavar los aviones periódicamente, como acto de mantenimiento para evitar problemas a largo plazo, estos neumáticos necesitan ser reemplazados. Los neumáticos de todas las formas y tamaños, pertenecientes a cualquier número de vehículos, se dañan con el tiempo. Las condiciones extremas ciertamente pueden acelerar el proceso, pero el uso regular termina debilitándolos y eventualmente estos neumáticos terminan fallando.
La causa más probable de que explote un neumático de avión es el debilitamiento de los materiales debido al desgaste. Pese a ello, es posible que el neumático tenga algún tipo de defecto de fabricación que genere una debilidad estructural. También existe la posibilidad de que algo en el que el avión volcara durante el despegue o el aterrizaje haya causado daños imprevistos.
Estas debilidades estructurales tienden a convertirse en un problema cuando el neumático está bajo tensión (es decir, cuando el avión se mueve en tierra).
Los reventones de neumáticos pueden ser peligrosos; sin embargo, en la mayoría de los casos, los conductores y equipos han podido evitar resultados desastrosos. Como siempre, estadísticamente, volar sigue siendo más seguro que conducir. Dicho esto, es más probable que los neumáticos de los aviones experimenten problemas como este cuando el avión transporta pasajeros, debido al peso adicional. En estas situaciones, una explosión como ésta sin duda provocaría un retraso en el vuelo y, en el mejor de los casos, un traslado a otro avión.
En realidad, sin embargo, el mayor riesgo que suponen los aviones es para el personal de tierra y de mantenimiento. Su proximidad a tantas partes grandes, complicadas, intrincadas y a menudo peligrosas requiere atención constante y prácticas seguras. Sin embargo, incluso entonces, pueden ocurrir accidentes inesperados.