Cuando hablamos de nuestro coche recordamos inmediatamente muchas cosas. Desde potencia del motor, diseño y otras características. Sin embargo, hay algo muy importante que no podemos olvidar, sobre todo porque son fundamentales para nuestra seguridad. Me refiero a los neumáticos. Es más, tienen un enorme impacto en la conducción. Pero para poder beneficiarnos de todo esto tenemos que conocerlos bien. En este artículo de fugas hablamos sobre el pelo de los neumáticos y si afecta o no la conducción. Ahora veamos qué significan los puntos amarillo y rojo en los neumáticos.
Uno de los elementos críticos para que un neumático funcione bien es el equilibrio. Un neumático desequilibrado puede provocar una vibración excesiva, un desgaste desigual e incluso sabotear el ahorro de combustible.
Es imposible fabricar un neumático sin defectos
Aunque los neumáticos pueden parecer completamente uniformes, simplemente no es posible fabricar un neumático perfecto e impecablemente equilibrado. El caso es que, durante el proceso de fabricación, se crean imperfecciones, incluidas diferencias de peso y forma. Todo tiene que estar equilibrado para que funcione de forma óptima, como ya hemos comentado, pero ¿cómo?
Los puntos amarillos marcan dónde el peso de una llanta es mínimo y los puntos rojos indican dónde la rueda es más baja, lo que ayuda a los técnicos de llantas a equilibrar correctamente las cosas para tener en cuenta las irregularidades.
¿Cómo se equilibran los neumáticos?
Hay dos formas de desequilibrio que sufren los neumáticos: estático y dinámico. Un desequilibrio estático ocurre cuando una sección de un neumático es más pesada o más liviana que el resto, lo que impide que ruede de manera uniforme. Esto puede crear una sensación de sacudida vertical mientras viaja por la carretera. Un desequilibrio dinámico describe un problema en el que cualquiera de los lados del neumático (excepto el centro) tiene un peso desproporcionado, lo que hace que la rueda experimente un movimiento oscilante horizontal.
Sin embargo, cuando llevas tu vehículo a una tienda de llantas, te quitan cada rueda y la colocan en una máquina especializada que la hace girar y analiza los desequilibrios. El técnico puede ver todos los datos de las pruebas de diagnóstico en una pantalla y luego agregar sistemáticamente pesos únicos de manera estratégica en ciertos puntos del neumático para corregir problemas de equilibrio. Los puntos amarillos y rojos también entran en juego, ayudando al técnico a localizar imperfecciones y alinear los puntos para neutralizar las secciones más pesadas, ligeras y planas del neumático.