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Todos hemos estado en la situación en la que se enciende la luz de verificación del motor, sabiendo que, a menos que se solucione de inmediato, será un problema persistente y duradero. Es uno de los símbolos más importantes que debes conocer en el tablero de tu auto, pero también viene con una lista aparentemente interminable de problemas que podrían ser la causa. Uno de estos problemas podrían ser los sensores de oxígeno. ¿Pero qué hacen realmente?
¿Se encendió esta luz en tu auto? ¡Podría ser el sensor de oxígeno!
Los sensores de oxígeno son pequeñas piezas de tecnología ubicadas en varios puntos de un vehículo. La mayoría de los coches vienen con al menos dos. Uno está conectado al motor en el colector de escape, mientras que el otro está en el sistema de escape, inmediatamente después del convertidor catalítico. Dado su nombre, sería correcto suponer que los sensores de oxígeno monitorean los niveles de oxígeno. Lo hacen midiendo la cantidad de oxígeno no quemado en el escape y enviando señales a la unidad de control electrónico (ECU) del vehículo para optimizar la relación correcta de aire/combustible.
Los sensores de oxígeno notifican a la ECU cuando hay un desequilibrio en la mezcla de oxígeno y combustible en el sistema, lo que hace que inyecte más o menos combustible en el motor. El segundo sensor mide los niveles de oxígeno en el flujo de escape y determina la eficacia con la que está funcionando el convertidor catalítico.
¿Qué pasa cuando se estropean?
Los sensores de oxígeno eventualmente se estropean y es necesario reemplazarlos, pero pueden durar al menos 40 mil km. Afortunadamente, existen algunas señales que indican que sus sensores de oxígeno están dañados.
Al igual que cuando la mayoría de las cosas van mal en su automóvil, la luz de verificación del motor se enciende cuando fallan los sensores de oxígeno. De hecho, es una de las razones más comunes detrás de este signo. Sin embargo, no los reemplace usted mismo inmediatamente. Si aparece la luz, puede usar un lector de códigos para diagnosticar su automóvil. Como en muchos casos, poseer esta herramienta de diagnóstico de automóvil puede ahorrarle mucho dinero. Pero si no tienes la herramienta a mano, lleva tu vehículo al taller. Sin embargo, pídale a los expertos que lo hagan, ya que a veces otros problemas pueden provocar un desequilibrio aire-combustible.
También puedes buscar malos olores y humo negro en el tubo de escape. Cuando los sensores de oxígeno están defectuosos, su automóvil a veces puede compensar en exceso y liberar más combustible en el motor. Aunque esto puede provocar un cambio notable en el consumo de combustible, también puede ser la causa de que salgan malos olores o humo negro por el escape. Además, los sensores de oxígeno defectuosos pueden provocar un rendimiento deficiente del motor, incluida una aceleración lenta, fallos de encendido y calado. Si notas alguna de estas señales, ahórrate el dolor de cabeza y haz que inspeccionen tu coche lo antes posible.