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Los faros son, sin duda, una de las piezas más imprescindibles de tu coche. Sin ellos, conducir de noche o en condiciones meteorológicas adversas puede tener graves consecuencias. Si notas que tus faros están dañados, es imprescindible que los lleves a un mecánico lo antes posible. Sin embargo, no debes posponer el cuidado de tus faros hasta que se estropeen. La limpieza de su coche tiene un efecto directo en la luminosidad de sus faros durante su uso. Esto significa que es imprescindible una limpieza regular de los faros. ¡Lo mejor de todo es que solo necesitas dos productos económicos para restaurar los faros de tu auto!
¡Solo necesitas dos productos para restaurar los faros de tu coche!
No es necesario comprar productos de limpieza de alta gama ni invertir en costosos servicios de restauración. Esto es siempre que tengas un limón fresco y una caja de bicarbonato de sodio. Esta solución de limpieza puede hacer maravillas con los faros, ya que puede ayudar a limpiar las manchas e incluso eliminar los rayones de la superficie. La mejor parte es que es muy fácil de hacer.
Con esta solución, existen dos formas diferentes pero igualmente efectivas de limpiar los faros. En última instancia, todo se reduce a tus preferencias de limpieza. Uno implica mezclar previamente los ingredientes y luego pasarlos por los faros.
Coloca una pequeña cantidad de bicarbonato de sodio en un bol.
Corta un limón por la mitad, luego exprime parte del limón en el bicarbonato de sodio para mezclarlo con el jugo. Mezclar hasta obtener una consistencia pastosa.
Cuando la pasta esté lista, empieza a aplicarla en los faros. Usar las manos probablemente será la forma más eficaz de aplicarlo.
Después de esperar unos minutos, enjuague y seque los faros. Recomendamos utilizar una toalla de microfibra para evitar rayones.
Si prefieres un enfoque más inmediato para limpiar tus faros, quizás aplicar directamente un limón recubierto con bicarbonato de sodio sea la solución ideal para ti. Si bien comenzarás con un tazón pequeño de bicarbonato de sodio, la forma en que lo prepares será drásticamente diferente.
Después de cortar el limón por la mitad, coloca la mitad en el bol con el bicarbonato de sodio. Recuerda exprimir el limón a medida que lo mueves, cubriendo el fondo con la sustancia.
Frote suavemente el limón contra los faros con movimientos circulares.
Una vez aplicado uniformemente, enjuague y seque los faros con una toalla de microfibra.