Tu coche es tu santuario. Es ese espacio donde controlas el ambiente, escuchas tu música y te relajas (o lo intentas) en medio del tráfico. Pero esa paz desaparece en el momento en que entra un pasajero sin sentido de la etiqueta. Ya sea un amigo, un familiar o un compañero de trabajo, todos conocemos a esa persona que parece tener la misión de poner a prueba la paciencia de quienes están al volante. Con la popularidad de los TVDE (Uber y Bolt), parece que muchas personas han olvidado que están dentro de una máquina compleja, propiedad de otra persona, y no en un sofá con ruedas. Hay un contrato social no escrito cuando te subes al coche de alguien. Y, por el bien de la amistad (y la seguridad), estas son las 5 cosas que hacen las perchas y que más molestan a los conductores.
1. El “DJ” no invitado (y la adicción de los parásitos a tocarlo todo)
Es el delito más común. El pasajero se sienta en el asiento del muerto (“escopeta”) e inmediatamente asume que tiene los mismos derechos sobre los mandos del coche.
Es cierto que ir adelante es más fresco, pero eso no te da derecho a cambiar de emisora de radio, cambiar la temperatura del aire acondicionado o poner Spotify a tope sin preguntar. El conductor probablemente ajustó el entorno para permanecer concentrado y tranquilo. Además, hay pasajeros que deciden mantener conversaciones a gritos o hacer gestos bruscos. Recuerde: el conductor necesita concentración. Asustar a alguien que conduce porque viste un lindo perro en la calle no es lindo, es peligroso.

2. Pies en el tablero: “Instagram” versus la realidad mortal
No sabemos cuándo se puso de moda esto, pero poner los pies en el salpicadero es quizás la costumbre más peligrosa de todas. Sí, puede que se vea lindo en la foto de tus vacaciones, pero es una mala idea.
La física es sencilla: en caso de colisión, el airbag se despliega a más de 300 km/h. Si tienes los pies sobre el tablero, tus piernas se proyectarán directamente hacia tu cara y torso. El resultado son lesiones catastróficas que nadie quiere imaginar. Además de la seguridad, está la higiene. Los zapatos pisotean el suelo de la calle, los baños públicos y las aceras sucias. Nadie quiere esa suciedad (o huellas de pies descalzos) pegada en el tablero de su automóvil. Mantenga los pies en las colchonetas, por favor.
3. El “conductor del asiento trasero”
Hay una gran diferencia entre ser un copiloto útil y ser un dolor de cabeza. Un buen copiloto te ayuda a ver las señales, te avisa si hay un coche en el punto ciego o te ayuda con el GPS.

El “Bench Coach” hace todo lo contrario: critica el recorrido elegido, se queja de los cambios de carril y comenta en cada frenada. “Ah, debiste ir por ahí, era más rápido” o “Cuidado con ese auto” (que el conductor ya vio hace 10 segundos). Esto crea una carga mental y un estrés innecesarios para el conductor. Según estudios, la mayoría de los conductores admiten que pierden la concentración o pierden salidas debido a que los pasajeros no dejan de hacer sugerencias. Si no estás conduciendo, relájate y deja que el profesional (o el propietario del coche) trabaje.
4. Cerrar la puerta como un tanque
Los automóviles modernos son maravillas de la ingeniería. Las puertas están diseñadas para cerrarse con un suave empujón, gracias a sistemas de vacío y cerraduras precisas. Sin embargo, todavía hay mucha gente que cierra las puertas de su coche con la fuerza con la que intenta cerrar una caja fuerte de un banco de los años 50.
Ese sonido «BAAAM» hace que a todos los propietarios de automóviles les duela el alma. Dar un portazo desalinea las ventanas, arruina los elevalunas y desgasta las cerraduras y los sensores electrónicos. La regla es simple: observe la fuerza que usa el conductor para cerrar la puerta y haga lo mismo.
5. Comer en el coche sin autorización
Con la tendencia de los vídeos en TikTok de personas comiendo comida rápida en el coche, se ha normalizado la idea de que el vehículo es un comedor. No lo es.
Mientras tanto, las migas de ese sándwich se meterán en las costuras de los asientos y nunca saldrán. Además, la salsa goteará sobre la alfombra y el olor a patatas fritas permanecerá en la tapicería durante días. Antes de abrir cualquier paquete, solicite autorización. Y si el conductor se marcha, es tu responsabilidad: no dejes servilletas, botellas vacías ni papeles. Si trajiste basura adentro, sácala.

