Los neumáticos de su automóvil son esenciales para garantizar la seguridad de la conducción y siempre deben estar en buen estado de funcionamiento. Aunque un agujero es fácil de detectar visualmente, la presión ligeramente por debajo de lo recomendado puede pasar desapercibido. Por lo tanto, puede conducir con neumáticos mal calibrados sin darse cuenta. Esto hasta que esto comience a afectar negativamente la experiencia en el volante. Esta es la razón por la cual los sistemas de monitoreo de presión de los neumáticos, conocidos como Sistema de Monitoreo de Presión de Neumáticos (PMS), son muy importantes.
¿Cómo funcionan los sistemas de monitoreo de neumáticos?
Ellos son los que activan la advertencia brillante en el panel de instrumentos cada vez que la presión de uno o más neumáticos está por debajo del ideal. Aunque todos los PM tienen el mismo objetivo, existen diferentes tipos de sistemas que funcionan con diferentes tecnologías, algunas de ellas bastante avanzadas.
Un sistema que ya tiene historia
Los primeros prototipos del sistema PMS incluso surgieron en la década de 1970. Sin embargo, solo comenzaron a implementarse en vehículos ligeros en la década de 1980. Aún así, la obligación legal solo llegó mucho más tarde.
Monitoreo indirecto: sensores de ruedas
Los TPM se dividen en dos categorías principales: sistemas de monitoreo indirecto y directo. Desde el punto de vista del conductor, ambos cumplen la misma función. Notifique cuándo algo no está bien con la presión de los neumáticos. Sin embargo, la forma en que lo hacen es bastante diferente.
En los sistemas indirectos, lo que se monitorea no es la presión en sí, sino la velocidad de la rotación de la rueda. Un sensor detecta cambios en el ritmo de rotación. Entonces, si un neumático es menos aire, la rueda disminuye ligeramente en tamaño, lo que lo hace girar más rápido de lo normal. El sistema interpreta este cambio como una señal de presión incorrecta y envía una advertencia a la computadora a bordo que enciende la alerta en el panel.
Aunque no miden directamente la presión, estos sistemas son bastante precisos. Sin embargo, es necesario hacer un reinicio después de calibrar los neumáticos. De lo contrario, el sistema puede interpretar la corrección como un problema y continuar señalando una advertencia.
Monitoreo directo: sensores dentro de los neumáticos
Los sistemas directos tienen sensores instalados dentro de los neumáticos mismos. Estos miden la presión y la temperatura en tiempo real, y transmiten datos a la computadora del automóvil a través de un emisor de radio con batería. Este enfoque permite una lectura mucho más detallada sobre el estado de cada neumático.
El punto débil de este tipo de sistema es la batería misma. Como no hay una conexión directa con el automóvil, la autonomía del sensor depende exclusivamente de la carga interna de la batería. Estos pueden durar entre 5 y 10 años, y es necesario reemplazar el sensor cuando falla. Para ahorrar energía, algunos sensores se apagan cuando se detiene el automóvil, lo que significa que solo comienzan a recopilar datos cuando el vehículo se mueve.