Es fácil asumir que los problemas del motor se deben simplemente a problemas con las piezas o a la falta de mantenimiento. Sin embargo, el clima que lo rodea puede tener un impacto real en el funcionamiento de su automóvil. Es cierto que nadie espera ansiosamente que falle el motor de su coche. Sin embargo, los cambios rápidos de temperatura pueden ejercer mucha presión sobre los componentes del motor. Por ejemplo, cuando hace mucho calor afuera, el motor tiene que trabajar el doble para mantenerse fresco. Cuando hace mucho frío, las temperaturas pueden espesar el aceite del motor. Pero, ¿de qué otras maneras influye el clima en el motor de su automóvil?
Los efectos del calor en el motor.
Cuando las temperaturas aumentan, el motor se ve obligado a trabajar más de lo habitual, lo que aumenta el riesgo de sobrecalentamiento. Esto sucede porque un motor de combustión interna genera energía quemando combustible. Esto requiere el equilibrio adecuado de oxígeno para funcionar de manera eficiente. Sin embargo, la alta humedad y el calor abrasador alteran este equilibrio, dificultando que el motor funcione al máximo. Además, debido a que el calor extremo eleva tanto la temperatura del motor, este calor intenso ejerce presión sobre los componentes críticos. Prácticamente obliga al sistema de refrigeración y al radiador a trabajar horas extras para evitar el sobrecalentamiento y, con el tiempo, este esfuerzo constante desgasta estas piezas más rápidamente de lo habitual.
El calor también descompone el aceite del motor, por lo que debes asegurarte de utilizar el aceite adecuado para tu automóvil. Generalmente, cuando la temperatura supera los 135 grados centígrados, el aceite del motor comienza a cambiar. A medida que el aceite se descompone, ya no lubrica adecuadamente, lo que genera más fricción, un desgaste más rápido y una mayor probabilidad de daños graves al motor. Además, el calor extremo hace que las partes metálicas del motor se expandan. Incluso el más mínimo cambio de material en términos de forma y tamaño puede acelerar el desgaste, haciendo que el motor sea menos fiable con el tiempo.
Juntos, estos efectos hacen que el motor envejezca más rápido de lo normal.
El clima frío también puede tener una gran influencia
Al igual que el calor extremo, el frío intenso puede afectar el motor. Las temperaturas negativas ralentizan las reacciones químicas de las que depende el motor para generar energía. Curiosamente, aquí es donde vemos una de las mayores similitudes entre los vehículos con motor de combustión interna (ICE) y los vehículos eléctricos (EV). Aunque los vehículos eléctricos no cuentan con motores tradicionales, sus baterías también se ven afectadas por el frío. El frío reduce significativamente los kilómetros que pueden recorrer y provoca ansiedad en muchos propietarios de vehículos eléctricos.
En el caso de los vehículos de combustible, las reacciones químicas más lentas en climas fríos hacen que sea más difícil que la batería proporcione suficiente energía para arrancar el motor. Esta es la razón por la que ocasionalmente puedes experimentar un frustrante arranque en frío, en el que tienes que girar la llave varias veces antes de que el motor finalmente arranque. Las temperaturas bajo cero espesan el aceite del motor, lo que dificulta su flujo. Esto obliga al motor a trabajar más y a desgastarse más rápido. Además, las bajas temperaturas dificultan la correcta vaporización del combustible. Sin la mezcla correcta de combustible y aire, el motor tiene dificultades para quemar combustible de manera eficiente.
Con el tiempo, esto provoca la acumulación de depósitos de carbón dentro del motor. Es en este punto cuando notarás que tu coche tarda un poco más en acelerar o que el ralentí es bastante irregular. Al final, el motor puede acabar dando golpes.
El problema de la humedad
En un ambiente muy húmedo, la humedad puede infiltrarse en lugares donde no debería, provocando cortocircuitos y problemas en los sensores. También acelera la corrosión del metal y reduce la vida útil del motor. Por eso conviene pensarlo dos veces antes de conducir por una carretera inundada. Es posible que el agua poco profunda no dañe su automóvil, pero si es lo suficientemente profunda como para llegar a la entrada de aire cuando el motor está en marcha, puede ingresar al motor y a los cilindros, provocando una condición llamada bloqueo hidráulico. Un motor bloqueado por agua no puede funcionar correctamente.
Incluso cuando el agua no llega a la entrada de aire, conducir constantemente a través de charcos o por una carretera inundada puede ser un problema para el motor de su automóvil.
Todo esto demuestra que el clima influye realmente en el motor del coche.