Un estudio reciente reveló que el arroz integral contiene más arsénico que el arroz blanco. A primera vista, esto puede sonar preocupante, después de todo, Arsenio es un elemento tóxico bien conocido. ¿Pero es de todos modos?
El arroz marrón contiene más arsénico que el arroz blanco
Sí, el arroz integral contiene niveles más altos de arsenio. Sin embargo, las cantidades detectadas están muy por debajo de los límites considerados peligrosos para la salud humana. Y, al igual que otros granos integrales, el arroz integral sigue siendo una excelente elección nutricional.
La dosis es lo que hace que el veneno
Una vieja máxima de toxicología nos recuerda que es la dosis la que hace el veneno. Esto significa que incluso las sustancias potencialmente peligrosas pueden ser inofensivas, o incluso beneficiosas, en pequeñas cantidades. El arsénico, por ejemplo, existe naturalmente en el suelo y el agua, lo que lo hace eventualmente presente en muchos alimentos, incluido el arroz.
El estudio en cuestión lo deja claro. Los niveles de arsénico en el arroz integral no representan un riesgo para la mayoría de las personas. Lo que realmente importa es la cantidad ingerida y la frecuencia con la que se consume arroz.
Titulares alarmistas?
A pesar del tono tranquilizador de la investigación, algunos medios optaron por títulos alarmistas, como «metal tóxico asociado con cáncer que se encuentra en el arroz integral». Títulos que asustan pero no explican el contexto.
Sustancias como pesticidas, conservantes y metales pueden parecer peligrosos, pero rara vez representan una amenaza real en las dosis en las que están presentes en los alimentos. Los mayores riesgos para la salud provienen de nuestras opciones diarias de alimentos.
Verdadero: el arroz integral contiene más arsénico que blanco. Pero evitar los granos integrales debido a esto puede ser más dañino que beneficioso. Si no eres fanático del arroz marrón, prueba otras opciones saludables como avena, quinua, cebada o pasta y pan marrón.
Sin embargo, si tiene el privilegio de elegir lo que come, aproveche la oportunidad para reflexionar sobre sus hábitos alimenticios. Si ya sigue una dieta equilibrada, genial, continúe así. Si no, comienza con pequeños cambios: reduzca la sal y apuesto a más alimentos integrales.