Cuando llega el nuevo año solemos estar llenos de propósitos que queremos cumplir. Los más comunes son los objetivos de salud (ejercicio y dieta), seguidos del ahorro de dinero. Es por eso que las ventas de equipos de ejercicio alcanzan su punto máximo en enero y, en algunos casos, las membresías de gimnasios también. Sin embargo, una cuarta parte de las personas no cumple sus propósitos de Año Nuevo después de sólo una semana y más de la mitad después de seis meses. Después de dos años, sólo el 20% lo consigue.
Entonces, ¿por qué seguimos haciendo propósitos de Año Nuevo si seguimos incumpliéndolos?
Por qué lo intentamos y por qué fallamos
Otros animales no hacen ejercicio. Muchos de ellos están orientados a objetivos (perseguir o huir), pero sólo los humanos tienen la capacidad de superarse para lograr mejor sus objetivos en el futuro. El ejercicio físico es un ejemplo de ello.
El psicólogo Abraham Maslow colocó la autorrealización en la cima de la jerarquía de las necesidades humanas. Queremos ser la versión más en forma de nosotros mismos que podamos. Es natural.
El problema es que el ejercicio físico regular implica una fuerza de voluntad y una disciplina que superan a la mayoría de nosotros. Especialmente cuando nos enfrentamos a la elección entre el cómodo sofá y la bicicleta de spinning. Puede que tengamos ambición pero en muchos casos la carne es débil.
Esto se debe a que nuestros cerebros evolucionaron en la Edad de Piedra, cuando tenía sentido para la supervivencia vagar cada vez que surgía la oportunidad. Con alimentos limitados, nuestros antepasados necesitaban conservar energía para la próxima persecución o escape.
Esto también se aplica a otras adicciones, como los atracones o el consumo de alimentos azucarados. Pero estas cosas suelen ser contraproducentes en el mundo moderno, donde consumimos mucha más energía de lo normal.
Autorregulación
Aunque nuestra psicología suele estar reñida con la modernidad, tenemos una ventaja: la capacidad de autorregularnos. En el mejor de los casos, podemos superar las tentaciones diarias y avanzar hacia metas a largo plazo.
La investigación psicológica ha identificado dos ingredientes clave para esto (además del establecimiento de objetivos): monitorear nuestro comportamiento para detectar cualquier infracción y corregirla cuando se detecte. Si hacemos esto será mucho más fácil.
El nuevo año es una oportunidad natural para la superación personal debido al efecto de nuevo comienzo. Los psicólogos han descubierto que los acontecimientos que marcan el paso del tiempo (cumpleaños, vacaciones, Año Nuevo) permiten a las personas dejar mentalmente sus fracasos en el pasado y empezar de nuevo desde cero. Es una táctica extraña y funciona.
La lección es que el fin de año es una gran oportunidad para introducir cambios muy necesarios. Pero esto no es suficiente. También necesita algunas estrategias simples que le ayudarán a cumplirlas.