Una investigación reciente identificó la presencia de productos químicos potencialmente peligrosos en los colchones infantiles. Esto plantea preocupaciones sobre la seguridad de los pequeños en sus propias habitaciones.
Los colchones infantiles pueden liberar productos químicos perjudiciales para el cerebro
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Toronto, analizó el aire en habitaciones de niños de 6 meses y 4 años, así como examinando nuevos colchones para detectar compuestos químicos.
El enfoque de la investigación fue los compuestos orgánicos semi -reverse (SVOC), a menudo utilizados para aumentar la durabilidad y la resistencia al fuego de los materiales. Estas sustancias se han asociado previamente con problemas como el asma infantil y los cambios en el desarrollo cognitivo.
Chemical liberados durante el sueño
Los resultados mostraron que más de veinte tipos de SVOC estaban presentes en entornos de sueño. Especialmente alrededor del colchón, ropa de cama y juguetes. También se ha observado que el calor y el peso corporal pueden intensificar la liberación de estos compuestos.
Aunque el estudio no ha determinado exactamente el nivel de riesgo para la salud, los datos sugieren que el desarrollo de cerebros puede ser particularmente sensible a la exposición a estas sustancias. Entre los compuestos detectados hay un retardador de llama ya prohibido en Canadá, lo que refuerza la necesidad de un mayor control sobre los materiales utilizados.
Buenas prácticas para reducir la exposición
El estudio indica que la presencia de accesorios como almohadas, mantas y protectores de colchones contribuye a niveles más altos de productos químicos en el entorno del sueño. Para reducir la exposición, se recomienda limitar el número de objetos en la cama. También lave la ropa de cama regularmente.
Además, la investigación destaca la importancia de las normas de fabricación más rigurosas. Es decir, alentar a los productores a adoptar materiales más seguros para garantizar la salud y el bienestar de los niños.
Dado que los niños pasan más tiempo para dormir, respiran más rápido y tienen una piel más permeable que los adultos, la elección de colchones y accesorios seguros se vuelve aún más crucial para un desarrollo saludable.