Comprar un nuevo televisor solía ser casi un gran evento. Especialmente porque estábamos hablando de productos muy caros. En algunos casos, la gente incluso pagó 2000 y 3000 euros. Y esto como un modelo que no era nada del otro mundo. Ahora es posible comprar un buen televisor por unos 500 euros y la verdad es que Smart TV será aún más barato. ¿Pero sabes las razones?
Smart TV se volverá (aún) más barato: ¿Sabes lo que ha cambiado?
En un mundo donde todo es más caro, desde la dieta hasta la vivienda, los televisores siguen en la dirección opuesta. Pero después de todo, ¿cómo pasaron los televisores de artículos de lujo a productos asequibles en casi todas las casas?
La tecnología ha evolucionado
Antes de tener pantallas de pared delgada en la pared, los televisores surgieron como «monstruos» basados en la tecnología de rayos catódicos (CRT). Estos televisores utilizaron paquetes de electrones para crear imágenes en una coincidencia cubierta de coincidencia, que requirió vidrio grueso, metales pesados y procesos de fabricación complicados.
Además de ser pesado y costoso de producir, los tamaños de pantalla eran limitados (rara vez por encima de 40 pulgadas).
El gran salto tuvo lugar en la década de 2000, con la llegada de los paneles LCD y Plasma, que revolucionaron todo. Por lo tanto, surgió el equipo sin tubos voluminosos, sin la necesidad de muebles gigantes y especialmente con más ligero, más fácil y fácil de producir.
Aunque los primeros paneles planos fueron muy caros, los fabricantes aprendieron a producir masa, y los precios comenzaron a bajar.
La producción es cada vez más eficiente
Si los paneles planos allanaron el camino, fue la escala de producción la que realmente hizo que los precios cayeran. La gran innovación? El «vidrio madre»: enormes placas de vidrio de las cuales se cortan múltiples pantallas, como si estuvieran haciendo galletas en una fábrica.
Cuanto más grande sea el vidrio madre, más televisores pueden producir a la vez, reduciendo drásticamente el costo por unidad.
Con la ayuda de la automatización, las cadenas de suministro globalizadas y la producción en masa en China y Corea del Sur, la fabricación de televisores se ha vuelto más rápido y más barato.
Incluso pequeños detalles de diseño, como marcos más delgados y componentes modulares, contribuyeron a la racionalización del ensamblaje.
Competencia en el mercado
Con la reducción de los costos, la batalla cambió a los estantes de las tiendas. Las nuevas marcas han entrado en vigor, centrándose en ofrecer buena calidad a precios inmejorables, en lugar de apostar por el lujo.
Grandes superficies y tiendas en línea han comenzado a vender televisores a márgenes mínimos, o incluso con pérdida, solo para atraer clientes.
Pero hubo un truco más: con la popularización de televisores inteligentes, surgió un nuevo modelo de negocio: los datos del usuario. Cada aplicación que abre, una serie que detiene o investiga que hace se monitorea a través de tecnologías como el reconocimiento de contenido automático (ACR), vendiendo esta información a los anunciantes y plataformas de transmisión.
Hoy, las marcas no se tratan solo de vender televisión, sino que ganan mucho más siguiendo sus hábitos de visualización.
El ciclo infinito de la actualización
Incluso con los televisores más baratos de la historia, las marcas necesitaban garantizar una demanda constante. Y tuvieron éxito: convirtieron a los televisores en un verdadero símbolo de estilo de vida.
Cada nueva generación trae solo suficientes mejoras para que el modelo anterior parezca anticuado. Por lo tanto, tenemos resoluciones más grandes, pantallas más grandes y diseños más delgados.
Este fenómeno, conocido como tendencia hedónica, significa que nos acostumbramos rápidamente a lo que tenemos, y siempre queremos más.
Promociones agresivas en tiempos festivos, como el Black Friday, también aumentan este deseo de cambiar una televisión aún funcional para un modelo más grande y brillante.