Cuando pensamos en el rendimiento, nuestra mente casi siempre asocia la idea de que más potencia es la mayor velocidad. Tiene sentido: si tenemos dos autos iguales en todo, pero uno de ellos tiene más caballos, ese es el más rápido en línea recta. Sin embargo, la realidad es que la potencia bruta es solo una pieza de rompecabezas: hay docenas de otros factores, algunos menos obvios, que influyen en la velocidad máxima de un vehículo. Es decir, ¡tener más caballos no siempre significa más velocidad máxima!
Velocidad máxima: ¡Tener más caballos no garantiza nada!
La importancia de la caja de cambios
Un claro ejemplo es la relación de transmisión. La mayoría de los automóviles se ajustan para dar prioridad a la eficiencia o la aceleración. Para maximizar la velocidad de la punta, la transmisión debe calibrarse perfectamente para que el motor alcance la potencia máxima incluso al límite de las rotaciones útiles. Un automóvil con una caja optimizada de alta velocidad puede ser más rápido que otro con la misma potencia pero relaciones de equipo mal ajustadas.
La aerodinámica hace toda la diferencia
Este tipo de principios se aplica tanto a los automóviles como a otros vehículos. La resistencia al aire aumenta cuadráticamente con la velocidad, lo que hace que sea esencial reducir el arrastre para alcanzar altas velocidades con la misma potencia. La aerodinámica es, por lo tanto, fundamental.
¿Qué determina realmente la velocidad máxima?
En el mundo de las carreras de velocidad recta, como los intentos de registros de velocidad terrestre, se cree que todo se detalla. Los automóviles tienen formas extremadamente aerodinámicas, similar a una gota de agua, para minimizar el arrastre y solo generar la fuerza descendente necesaria para permanecer estable en el suelo.
Pero no es solo el aire el que ofrece resistencia: el contacto con el suelo también cuenta. Un vehículo con una gran área de contacto con el suelo sufre más resistencia al rodamiento, lo que lo hace más lento. Esta es la razón por la cual los barcos de alta velocidad se deslizan sobre el agua en lugar de cortarlo. La elección de neumáticos, especialmente en vehículos de alta velocidad, también es crítica: los neumáticos más ligeros con menos resistencia al rodamiento ayudan a extraer esos kilómetros adicionales de velocidad.
En resumen: si dos vehículos tienen la misma potencia, que tiene una mejor aerodinámica y menos resistencia, naturalmente, será más rápido.
Cómo la potencia se convierte en velocidad
Para realizar cómo el poder influye en el poder, necesitamos entender cómo funciona. La fórmula base es: potencia (hp) = par (torque) × rpm ÷ 5.252. A medida que el motor se eleva de las rotaciones, la potencia crece a un punto máximo, formando una especie de «colina» en un gráfico.
Para maximizar la velocidad, el motor debe alcanzar el pico de esta colina precisamente cuando la aerodinámica del vehículo imponga su límite. El par ayuda a rotar las ruedas, pero es la potencia la que determina la velocidad de esta rotación. Por lo tanto, como los vehículos como los camiones diesel, con muy binario pero poca potencia, son excelentes para remolcar cargas, un automóvil con más potencia que binaria puede alcanzar velocidades mucho más altas.
Aunque el peso del vehículo está influenciado en el inicio y la aceleración, el impacto en la velocidad máxima es más bajo de lo que piensa: aquí, la resistencia del aire es el gran oponente. Un automóvil alcanza su velocidad máxima cuando la fuerza generada por el motor es igual a la fuerza de resistencia al aire. Por lo tanto, más potencia y mejor aerodinámica se traducen directamente a más velocidad.